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El Virgen del Rocío cura a más de 120 niños mauritanos en Sevilla

Ni el dolor, ni la lejanía de su familia, ni siquiera el estar en otro país les ha borrado la sonrisa a estos niños. A pesar de no comprender el idioma ni la situación que protagonizan saben que están aquí para curarse.

el 15 sep 2009 / 11:29 h.

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Ni el dolor, ni la lejanía de su familia, ni siquiera el estar en otro país les ha borrado la sonrisa a estos niños. A pesar de no comprender el idioma ni la situación que protagonizan saben que están aquí para curarse. Por eso, no lloran. Son parte de los más de 120 niños mauritanos que se han curado en el Virgen del Rocío.

Salta, corre y juega "con los camiones" como cualquier niño de su edad pero, a diferencia de ellos, él tiene una gran cicatriz que le cubre desde el tobillo a la rodilla. Es el único signo visible -ése y la muleta en la que aún debe apoyarse- de las numerosas intervenciones a las que ha tenido que someterse Soule. Llegó aquí hace justo un año desde su Mauritania natal para curarse de una herida de bala y una malformación en el pie que sufría desde muy niño.

El jueves, tras un año de revisiones, operaciones y curas, el joven que acaba de cumplir los 8 años, emprenderá el rumbo de vuelta a su país.

Durante todo el tiempo que ha permanecido en Sevilla, ni él, ni otros niños como Khalid, de cuatro años, o Khadijeton, de uno, han abandonado sus costumbres, ni su cultura. Youma, su cuidadora, se encarga de ello en la casa que el Ayuntamiento de Bormujos les ha facilitado.

Éste ha sido el refugio de los tres pequeños durante los últimos meses. Aquí Youma les enseña el Corán, les hace comidas típicas de su país y les habla en su idioma. "Así no pierden sus costumbres ni se desarraigan", explica esta mauritana que lleva nueve años cuidando a niños como éstos.

Niños que están sanos gracias al hermanamiento entre el hospital sevillano Virgen del Rocío y el Nacional de Nouakchott (Mauritania) y que ha permitido curar ya a más de 120 niños en los últimos diez años.

"Traemos a los niños que allí no pueden curarse porque faltan los medios para ello", explica Agustina Hervás, coordinadora de trabajo social del centro hispalense quien apunta que "debemos tener la garantías de que, en su país podrán hacerles un buen seguimiento para su completa recuperación". Por ello, este programa también forma a médicos mauritanos aquí en el Virgen del Rocío.

Aly Souleymane es uno de estos profesionales que se ha formado durante tres meses en traumatología infantil en el Virgen del Rocío, una de las áreas fundamentales para estos niños ya que la mayoría viene con malformaciones genéticas, secuelas de infecciones de las articulaciones y, en algunos casos, parálisis cerebral.

El día 11, éste médico también emprenderá la vuelta junto a Soule y Khadijeton, que ha sido operada de corazón. A su compañero, Khalid, que tiene escayolado un brazo, aún le quedan varias revisiones porque no está totalmente curado.

Sin embargo, su cara no refleja ni dolor, ni molestia. "Es asombrosa la capacidad que tienen estos niños para aguantar el dolor físico y mantener su alegría", explica David Farrington, uno de los médicos del programa. De hecho, aunque su español es aún balbuceante, su fuerte abrazo de despedida hace innecesario cualquier idioma. Pronto, estará listo para volver a casa con una vida mejor.

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