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El Virgen del Rocío salva a dos bebés con la tráquea obstruida

Los dos pequeños menores de un año tratados en el Virgen del Rocío apenas podían respirar: tenían la tráquea obstruida. Gracias a una técnica novedosa -compleja pero poco invasiva- la aortopexia, los profesionales del centro han salvado la vida de los dos bebés.

el 16 sep 2009 / 00:13 h.

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Los dos pequeños menores de un año tratados en el Virgen del Rocío apenas podían respirar: tenían la tráquea obstruida. Gracias a una técnica novedosa -compleja pero poco invasiva- la aortopexia, los profesionales del centro han salvado la vida de los dos bebés.

Un mínima incisión en la axila es lo que ha hecho falta para que el equipo de cirugía del hospital Virgen del Rocío pudiera operar con éxito a dos bebes que sufrían una obstrucción en la tráquea. La pequeña operada, de 2 meses, vivía conectada a un respirador y el pequeño, de 7, había sufrido varias paradas cardiorrespiratorias e ingresos en Cuidados Intensivos. Gracias a esta intervención, comienzan una nueva vida. La técnica aplicada ha sido la aortopexia, pionera en Andalucía, con la que el hospital sevillano vuelve a situarse a la vanguardia de las técnicas sanitarias a nivel nacional.

A pesar de la complejidad de la técnica aplicada, el equipo de cirujanos pediátricos, anestesistas y pediatras de patología respiratoria que han participado en las intervenciones ha permitido que ambos logren curarse de la traqueomalacia severa que sufrían, una enfermedad que se da en recién nacidos y en lactantes, que les provocaba un colapso respiratorio de extrema gravedad.

De la axila a la tráquea. La aortopexia es una técnica muy compleja de la que hay pocos precedentes en España. El acceso al interior del tórax del pequeño se realiza con técnicas mínimamente invasivas, concretamente, a través de una pequeña incisión en la axila del paciente. Entre los pasos quirúrgicos se encuentra la separación del pulmón y de la glándula tímica, la tracción -arrastre- de los vasos arteriales anteriores a la tráquea y la unión de la cara anterior de la aorta al esternón. Todos estos pasos permiten que la tráquea se mantenga sin obstrucción, por lo que el aire puede pasar correctamente sin que la vida del paciente corra peligro. Durante la intervención es necesario realizar una fibrobroncoscopia de la tráquea -exploración visual de esta vía- para comprobar que se ha abierto completamente. La aortopexia ha demostrado ser el tratamiento idóneo para los casos más severos de traqueomalacia relacionada con el síndrome de muerte súbita, frente a otras técnicas como la traqueopexia o el injerto de cartílagos.

Otras medidas paliativas pasan por realizar una traqueostomía en el paciente -un procedimiento quirúrgico por el que se crea una abertura en la tráquea a través de una incisión ejecutada en el cuello con la inserción de un tubo para facilitar el paso del aire-, o esperar hasta un año para que la tráquea del pequeño se endurezca lo suficiente y aguante el paso del aire sin ayuda mecánica. Ninguna de estas opciones terapéuticas está exenta de complicaciones. De igual modo, se han diseñado prótesis que mantienen abierta la vía aérea del paciente, pero sólo durante un mes, no solucionando definitivamente el problema y con riesgo de generar una reacción inflamatoria y hemorragia durante la extracción.

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