MÁS FOTOS EN LA FOTOGALERÍA Las puertas de la parroquia se abrieron con unos minutos de retraso. Tranquilos no era por el riesgo de lluvia ni mucho menos. El rincón que guarda Juan de Mesa y donde vive el Señor de Sevilla mudaba su luz con la caída de la tarde mientras el misterio de Jesús ante Anás traía las primeras nubes de incienso a una plaza alfombrada para proteger el pavimento y abarrotada de público. «A pasearlo como sabéis, que espero que en estos cuatro años no se os haya olvidado. Derrochando elegancia, como sabéis», arengó el capataz al tiempo que tuvo otra dedicatoria a la hermandad «para que recupere la normalidad» con la convocatoria de elecciones a hermano mayor anunciadas para el mes de junio después de cuatro años de gobierno de comisionado. Fue la noche y sus luces amarillentas la primera en recibir al palio de la Virgen del Dulce Nombre. Ya en la plaza, lo primero fue saludar al Gran Poder en el presbiterio con la marcha Esperanza Macarena de Pedro Morales. De nuevo teníamos otro día de catálogo.
