Local

Elegimos la confrontación

Los políticos han sido un problema más: Ayuntamiento y Junta cooperan para mantener esa inquietud.

el 15 ene 2012 / 17:54 h.

TAGS:

El inicio de la crisis alteró las preocupaciones de los ciudadanos. La inquietud por la difícil situación económica y el crecimiento del paro han registrado cifras históricas. Cada barómetro de opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha marcado un nuevo récord. Y en medio de toda esta pesadumbre, la clase política ha añadido más desasosiego y angustia, escalando hasta convertirse en el tercer problema de los españoles por encima de cuestiones como el terrorismo, la vivienda, la sanidad o la educación. Motivos no han faltado. En una de las coyunturas más comprometidas para el futuro de España, los partidos políticos se han mostrado incapaces de alcanzar un pacto de Estado (ni tan siquiera se han cerrado acuerdos puntuales) que situara la resolución del problema por encima de fines partidistas. Nada más que estrategias electorales. Hoy en Sevilla seguimos en ese escenario. Desde la aplastante victoria del PP en las pasadas elecciones municipales, la confrontación entre el Ayuntamiento hispalense y la Junta de Andalucía ha sido una constante. El rifirrafe electoral ha ganado por goleada la batalla al interés general.
El Metro, la Ciudad de la Justicia, la conexión por AVE con el aeropuerto de San Pablo, la capitalidad, las subvenciones para las zonas necesitadas de transformación social o los programas de empleo e incluso la final de la Copa Davis han servido de excusa para pelear y tratar de debilitar al contrario de cara a los decisivos y reñidos comicios autonómicos que se celebrarán el próximo 25 de marzo. Pero los únicos perdedores en este teatro político han sido los sevillanos que después de tres décadas de retraso todavía continúan sin saber cómo, cuándo ni por dónde avanzará su más que necesaria red de Metro; también el aeropuerto (que este pasado año rozó los cinco millones de pasajeros) ha perdido la oportunidad de jugar en primera división por el retraso sine die en el ramal del AVE que debe conectar Sevilla con San Pablo, fundamental para la expansión turística de la ciudad; no ha salido mejor parado el proyecto de la Ciudad de la Justicia que a día de hoy, con tantas dudas y cambios en su ubicación, parece tan sólo una quimera... Ni unos ni otros han querido de verdad dialogar.

Siempre ha habido alguien al que le ha interesado dar el primer paso y comenzar una trifulca. El correo ordinario ha sido el método preferido y los medios de comunicación el cuadrilátero para la contienda. El último capítulo de esta guerra abierta serán las listas electorales para el 25-M. Aunque esta vez ha habido una pequeña variación táctica: Twitter fue el encargado de anunciar los nubarrones. El PP andaluz hizo público el sábado que el alcalde hispalense, Juan Ignacio Zoido, encabezará la lista por Sevilla a pesar de la incompatibilidad de los regidores para optar a un sillón en el Parlamento aprobada hace dos meses por el Ejecutivo andaluz. Es un nuevo pulso entre PP y PSOE que otra vez terminará afectando a las ya tensas relaciones entre Ayuntamiento y Junta. Lo sorprendente de este anuncio es que los populares comunican esta decisión antes de que se sepa si prospera el recurso del Gobierno de Mariano Rajoy ante el Tribunal Constitucional contra la reforma de la Ley Electoral. La verdad es que no queda muy bonito que los políticos se salten las leyes pero supongo que confían en que el tribunal adoptará la suspensión cautelar de la norma antes de que los regidores tengan que elegir entre la Alcaldía y el escaño. Al presidente de los populares andaluces, Javier Arenas, le interesa contar con sus alcaldes con más gancho electoral. Y, sin duda, Juan Ignacio Zoido lo tiene.

Aunque es cierto que la ley prohíbe la simultaneidad de cargos pero no así presentarse en las listas, todo este asunto va a levantar mucho ruido. No sabemos si es eso precisamente lo que se busca. Pero el principal damnificado será el ciudadano, ya que en lugar de escuchar propuestas concretas (que no etéreas promesas) para la salida de la crisis y la creación de empleo, o los proyectos de los candidatos a presidir el Ejecutivo andaluz para su ciudad, se perderá en un debate inútil y estéril que en nada ayudará a superar estos momentos tan delicados. Así es casi imposible devolver al ciudadano la confianza en la política y sus dirigentes o que deje de sentirse un mero votante del que sólo se acuerdan cada cuatro años.

En Twitter @atrujillo79

  • 1