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Ellos sí que se encienden

En las tiendas de las calles afectadas por el recorte del alumbrado navideño todavía confían en la solución del conflicto.

el 24 nov 2009 / 20:24 h.

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Aunque en las calles del Centro parece que todavía no está claro si va a haber iluminación navideña, los que sí están encendidos ya son los comerciantes. Quedan dos semanas para el alumbrado de Navidad y el futuro de los adornos sigue pendiendo del hilo de las negociaciones entre al Ayuntamiento y Aprocom (Federación Provincial de Comerciantes de Sevilla). Mientras, en las tiendas tradicionales de Sierpes, Tetuán y Rioja parpadean entre la indignación, la incredulidad y la esperanza.

Estrella Ferrer, de la histórica papelería Ferrer en Sierpes, "simplemente" no lo entiende. "Todos los años hemos pagado religiosamente, pero esta vez no ha venido nadie del Ayuntamiento ni a pedirnos dinero ni a consultarnos nuestra opinión". Reconoce que otros años ha existido un "poco de desacuerdo" con el hecho de que paguen los comerciantes cuando es para el "uso y disfrute" de todos los ciudadanos.

Mercedes de Leyva, también comerciante en Sierpes, califica la falta de acuerdo para instalar las luces de Navidad de "castigo del Ayuntamiento". Mientras Estrella Ferrer, que no ha visto la calle desde que tiene uso de razón ni un año sin iluminación, confía en una solución inminente, Mercedes no lo duda: "esta vez nos quedamos sin luces".

María José, Pepa y Rafael, que al principio no quieren ni hablar "porque ya no merece la pena", coinciden en señalar otra queja de los comerciantes: la mala calidad de los adornos en los últimos años. "Si se arregla el problema y al final hay luces, serán como el año pasado, que daban pena", apunta María José. "A mí me parece más digno que no haya luces...", sentencia otra comerciante que prefiere el anonimato.

En lo que sí convergen los discursos en todos los establecimientos es que a las ventas no va a afectar la falta de luz. "Serían las únicas calles míticas de España que no tengan iluminación en estos días", termina Ferrer. "Y a lo que va a dañar es ni más ni menos que a la imagen de la ciudad entre quienes visiten el Centro y entre los propios sevillanos", reflexiona María tras el mostrador.

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