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Elogio del trueque

Atodos aquellos que todavía sabemos quienes fueron los jipis, nos encandiló alguna vez el trueque como supuesto comercio justo: yo te doy un tarro de mermelada y la señora McFlagherty me lo cambia en el porche por una botella de zarzaparrilla...

el 16 sep 2009 / 04:33 h.

Atodos aquellos que todavía sabemos quienes fueron los 'jipis', nos encandiló alguna vez el trueque como supuesto comercio justo: yo te doy un tarro de mermelada y la señora McFlagherty me lo cambia en el porche por una botella de zarzaparrilla, entre dulces cancioncillas de The Mamas and The Papas o de The Carpenters.

Todo iba bien hasta que caímos en la cuenta de que dicho procedimiento tan bucólico reproducía más o menos el mismo toma y daca que, en otro tiempo y lugar, propició el canje de cuentas de vidrio de Francisco Pizarro o del general Custer a cambio de las minas del Potosí o de las interminables praderas de los Siux.

De pronto resulta que es noticia que el presidente José Antonio Griñán confirme que la célebre deuda histórica de Andalucía se va a cobrar en efectivo y no en especies: menos mal que nunca dijo que fuera a aceptar pagarés porque, durante los últimos tiempos, el único yacimiento de empleo que crece es el del hombre del frac a la caza y captura de cuentas pendientes.

Ahora, una vez aparentemente descartado que en vez de una morterada nos iban a dar el premio de consolación de Los Gordales para la célebre Ciudad de la Justicia, habrá qué discernir el próximo enigma: ¿Cuándo será ese "cuándo y cómo interese a Andalucía", que portavoces de la consejería de Economía y Hacienda, citados por la agencia Efe, fijaron como una enigmática fecha propia de las nuevas profecías de Nostradamus a descifrar por Dan Brown en su próximo 'bestseller'?

Ignoro qué es lo que interesa a los andaluces, pero lo que resultaría realmente interesante es pasar página en este viejo galimatías. Y eso significa pasar por caja, pero no sea como sea, sino según y como.

Vale que no convenga insistir en su pronto pago porque lo único que podemos encontrar en las arcas de Papá Estado sean telarañas con denominación de origen. Pero tampoco vale postergar su cobro para una efeméride apropiada, como sería el primer centenario de la Junta de Andalucía.

Cierto que esta no es la misma guerra que la de la financiación autonómica, pero da grima que mientras los conservadores pregonan en el resto de la Península que el Gobierno de ZP privilegia a Cataluña y a Andalucía, aquí estemos todavía a verlas venir con lo que legalmente nos pertenece desde comienzos de la transición. Incluso tuvimos que meterla de rondón en la redacción del nuevo Estatuto como si fuera una rogativa a la Virgen de Lourdes.

Hasta la fecha presente y salvo anticipos a cuenta, los inquilinos de La Moncloa, ya fueran socialistas de los de antes o populares de los de siempre, parecen más agarrados en esta materia que el pasamanos de una escalera. Quien paga, reza el dicho, descansa. Y quien cobra, ya lo saben, descansa todavía más.

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