Economía

Empleo en los mayores de 45 años: una generación olvidada

Mercado de trabajo. La aplicación de la reforma laboral, con un despido más barato, ha propiciado que muchas empresas se desprendan de sus trabajadores más experimentados.

el 14 feb 2015 / 10:00 h.

«Tengo una amiga cuyo marido, que tiene 50 años, se acuesta y se levanta todos los días llorando porque no encuentra nada». Administrativo pero sin titulación, es una de tantas personas que han estado toda la vida trabajando y a las que la crisis ha apeado sin miramiento del mercado de trabajo. La última reforma laboral ha tenido mucho que ver en ello. «Muchas empresas se acogieron a ERE aduciendo pérdidas y este colectivo fue de los más afectados porque eran los más caros. Muchos prefirieron despedirlos y contrImprimiratar a otros más jóvenes y baratos». Su perfil encaja en buena medida con la fotografía del parado mayor de 45 años, colectivo que en Andalucía conforman más de 467.000 personas, y que ve, con gran desesperanza, cómo la edad supone una traba real para sus oportunidades –porque muchas empresas lo dejan así de claro, sin tapujos– y porque tienen que competir con los currículum de jóvenes mucho mejor preparados que ellos sobre los que las Administraciones han puesto el acento dejando a los mayores relegados al olvido. Además, se suma la circunstancia de que han sido expulsados de los sectores que conocían y ahora se encuentran perdidos ante un obligado cambio de rumbo de 180 grados, con cargas familiares, con hipoteca a sus espaldas y con el temor a ser rechazados y estigmatizados. De un lado encontramos a quienes han perdido su empleo en estos últimos años –la mayoría hombres vinculados a la construcción y la industria– pero también mujeres que, al ver que el cabeza de familia se quedaba sin trabajo, se han incorporado por primera vez al mercado laboral tratando de encontrar algo en los sectores donde predomina el género femenino como limpieza o dependencia. «El paro juvenil es grave, pero es un asunto de futuro, cuando hablamos de los mayores de 45, hablamos de su presente», asevera Miguel Ángel de Pedro, coordinador de la Fundación Adecco, quien lamenta que la crisis se ha llevado por delante, además, los incentivos para su contratación, que actualmente se limitan a la ventaja fiscal si se opta por un indefinido desde el primer momento. Pero lo que verdaderamente preocupa es que este grupo de edad es el que nutre al colectivo de parados de larga duración (llevan más de un año sin trabajo) y de muy larga duración (más de dos años). De hecho, siete de cada diez parados de más de 45 acumulan un mínimo de doce meses sin ocupación. En Andalucía, según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), se contaban 242.900 personas de entre 45 y 64 años que llevan dos años o más sin encontrar nada. La crisis ha duplicado la cifra de desempleados en esta horquilla de edad, fruto del estancamiento del empleo durante cinco años. Un tiempo de inactividad que es clave para que la búsqueda y, sobre todo, el desánimo, no se enquisten. Andreu Cruañas, presidente de Asempleo, patronal de las empresas de trabajo temporal, pone el énfasis en los dos aspectos que obligan a prestar una especial atención a este colectivo: «el déficit de cualificación y la movilidad laboral». Por ello, apela directamente a las administraciones públicas para que diseñen «trajes a medida» para estas personas porque «los jóvenes ya están empezando a colocarse, y los mayores que llevan menos de un año en paro son los que están volviendo» al mercado, agregó. Así, además se podrá dar respuesta a un fenómeno que, según constata, está empezando a producirse y que no deja de ser una paradoja. «En breve plazo nos podemos encontrar que coexisten altas tasas de paro con puestos de trabajo que no se pueden cubrir porque no hay personas cualificadas». A finales de año había 57.000 puestos que requerían especialización y que, por esa razón, seguían vacantes, asegura. De ahí la importancia de diseñar una formación específica para estos requerimientos y no hacerlo como hasta ahora, de forma indiscriminada. Así, reclama una reforma en profundidad de las políticas activas de empleo «que hagan hincapié en medidas individualizadas porque es mucho mejor gastarse el dinero en recuperar a una persona para el mercado de trabajo que hacerlo en prestaciones», zanja, considerando que es una buena opción compaginar empleo con prestación, como ocurre con el último programa, de 420 euros, aprobado en diciembre para desempleados sin ingresos. Coincide Teresa García, responsable de Empleo de CCOO Sevilla, en que «todo plan de empleo que no lleve aparejado una recualificación de ese personal es pan para hoy y hambre para mañana». Se queja de que el «parón incomprensible» de los cursos de formación por las presuntas irregularidades en su gestión –que están ahora en los tribunales– solo perjudica a los desempleados, que están perdiendo un tiempo precioso para ahondar en ese reciclaje imprescindible, y que además ha coincidido «en los años de más dureza de la crisis». Estar parado no significa quedarse quieto. En las páginas de El Correo de Andalucía en su edición de hoy, expertos del mercado laboral ofrecen recomendaciones para aprovechar las oportunidades que se presentan y cómo prepararse mientras llega ese momento. Y valga un consejo para quienes sí están trabajando hoy: formación continua, no quedarse anquilosado y tener inquietud acerca de por dónde se mueve el sector en el que uno desarrolla su tarea. Siempre activo para tener opciones. Aunque la realidad arroje que aún existe discriminación por edad, como refleja que solo el 6,6 por ciento de las ofertas de empleo se dirigen al perfil de mayor de 45, según un estudio reciente de Adecco, desde el sector se indica que algo empieza a moverse. La esperanza también adopta forma de datos, como señala la EPA del último trimestre de 2014. De todos los nuevos empleos que se crearon en Andalucía a lo largo de 2014, que fueron 110.900, el 57 por ciento fueron ocupados por personas de 45 a 64 años y el 8,5 por ciento, por mayores de 65.

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