Economía

Empleo ofertado y rechazado

Un 30% de los parados andaluces se niega a trabajar por el sueldo o los horarios.

el 29 ago 2011 / 20:17 h.

En los tiempos que corren rechazar un empleo no es la opción más acertada. No obstante, hay parados que pese a su situación se niegan a aceptar determinados trabajos. Un salario no muy convincente, una jornada demasiado larga o la idea de tener que dejar la ciudad de residencia para sortear la difícil coyuntura son los principales motivos.

En los últimos tres años, un 30% de los parados andaluces se ha negado alguna vez a aceptar un empleo, una cifra que se sitúa dos puntos por encima de la media española, según una encuesta de la empresa de trabajo temporal Manpower realizada a 8.500 candidatos a optar a un puesto de trabajo.

La principal causa por la que un desempleado se niega a cubrir un puesto es, con un 25% de los encuestados, porque las expectativas salariales no quedan satisfechas. En segundo lugar, un 15% alude a que el horario no es el deseado. El bronce lo ocupa la movilidad geográfica. Un 7% de los andaluces se niega a trabajar fuera de su ciudad. Una cifra que, pese a ser el tercer motivo, demuestra que el miedo a salir del entorno no es un factor determinante para rehusar un empleo.

Pero cuando las cifras se aplican a grupos de edades los factores cambian. De hecho, los jóvenes parados de 16 a 24 años rechazan un puesto principalmente por los horarios (un 27%), mientras que el sueldo quedaría relegado a un segundo puesto, con un 24%. En cuanto a la movilidad geográfica la cifra se estanca en un 7%.

A nivel nacional son los más jóvenes los que más aprovechan las oportunidades. Sin embargo, en la región andaluza, los parados entre 45 y 65 años -los más veteranos- están más dispuestos a aceptar un empleo sin cavilar si la retribución o la jornada se adaptan a sus expectativas. De los parados más mayores, un 24% sí se negó a una oferta de trabajo. A éstos les siguen los más jóvenes: un 27% perdió la oportunidad de trabajar.

Pese a que entre los 35 y 44 años una persona está más sujeta a los gastos, a la hora de ponerse a trabajar es este grupo el que más ofertas deja pasar, en total un 33%. Tras este colectivo, los desempleados andaluces de entre 25 a 34 años se sitúan como los segundos que más empleos rechazan (un 30%).

Al observar los datos desde los ojos de los hombre y las mujeres, las cifras no son dispares. Un 28% de ellos se negó a aceptar un empleo, dos puntos menos que el porcentaje de mujeres que dejó pasar la oportunidad de trabajar. Para ambos el sueldo es el primer motivo de rechazo. De ellos, un 23% se negaría por el dinero. Ellas, en cambio, se posicionan en un 29%.

Por su parte, los horarios se sitúan en segundo lugar. Cabe destacar que un 18% de las mujeres se negaría a aceptar un trabajo por este motivo, un dato que se podría explicar si se tiene en cuenta el problema de la conciliación laboral. Sin embargo, un 12% de los hombres rehusaría un puesto de trabajo por la jornada laboral.

A la hora de cambiar de domicilio para trabajar, la cifras se vuelven a situar en un 7% en ambos casos, siendo éste el tercer motivo por el que no se acepta un empleo.
Aunque Andalucía se posicione por encima de la media española a la hora de rechazar un trabajo, la realidad es que Madrid es, con un 35%, la comunidad que más ofertas pierde. Tras ésta, las Islas Baleares y Castilla y León completan el podium, con un 33% y un 32% respectivamente.

En la cola de las regiones que más empleo rechazaron en los últimos tres años se encuentran La Rioja y la Comunidad Valenciana, ambas con un 21%.

Formación. Para los parados un empleo temporal no es la única solución. Así lo demuestran los datos del estudio: un 81% de los desempleados considera que se debería obligar a un mínimo de horas de formación mientras no se encuentra trabajo. La cifra es llamativa si se tiene en cuenta que casi un tercio de los desempleados no coge las oportunidades laborales que se les presenta.

Ante esta idea, son los más mayores los que apuestan por la formación continua. En total, el 95% de parados de 45 a 65 años apoyan esta teoría. Los jóvenes entre 16 y 24 años son los siguientes, con un 83%, que optan por adquirir conocimientos mientras el paro sea su estatus.

En tercer lugar, el 82% de los desempleados de 35 a 44 años apoyan esta teoría. Por último, un 81% de los parados entre 35 y 44 años apuesta por formarse mientras no tenga un trabajo.

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