La vocación emprendedora no es precisamente un signo característico en el mundo universitario. Tampoco en el seno de la Universidad de Sevilla.
El primer Observatorio de Jóvenes Emprendedores de Bancaja sobre el comportamiento de los alumnos universitarios es concluyente. Sólo un 14,2% reconoce plantearse como una opción realista montar su propia empresa en los próximos años, si bien las motivaciones que les mueven se centran en dos objetivos muy definidos: ganar más dinero y conseguir el éxito.
Bastante alejadas quedan las opciones de emprender un negocio por razones de independencia o desarrollo personal. Y es aquí donde el estudio hace hincapié en el papel que podría jugar la universidad: "difundir la importancia de la función empresarial como una actividad que no sólo proporciona satisfacciones económicas", sino también personales. Y es que de las motivaciones más superficiales pueden surgir, agrega el estudio, proyectos empresariales orientados al corto plazo y que buscan beneficios rápidos.
Dentro del pequeño espectro de potenciales emprendedores, el Observatorio resalta que se percibe más esta inquietud entre los jóvenes con estudios de ingeniería, arquitectura e informática, seguidos de aquéllos que cursan carreras vinculadas con el derecho o el mundo de la empresa. Llamativo es, asimismo, que es una opción más valorada por quienes residen en otros municipios fuera de la capital hispalense y también por aquéllos cuyos padres son autónomos y asalariados por cuenta ajena. Y es que se reduce la inquietud emprendedora entre el alumnado cuyos progenitores trabajan en la función pública.
Este primer estudio, surgido de la Cátedra Bancaja Jóvenes Emprendedores en colaboración con la Universidad de Sevilla, se realizó sobre una muestra de 403 alumnos de los últimos cursos universitarios en la segunda quincena del pasado mes de junio.
