El ciclón Pizarro se quedó en mera tormenta estival y es comprensible que los del PP le hayan tomado un poco de respeto, por no usar otras palabras, a esto de las cámaras. De ahí todo el detrito, los sapos y culebras que desde hace unos días vienen asociando a Manuel Campo-Vidal, que dirigirá el cara a cara de los dos púgiles máximos el próximo lunes, y de ahí también la súbita espantada de Javier Arenas, que pese a declararse de acuerdo en pisar el plató junto a Chaves, ahora encuentra Canal Sur de lo más insidiosa y desleal. A ver si se enteran: ni árbitro ni ring importan un bledo si los puños no están bien preparados para golpear, y la mandíbula para recibir el golpe.
