-¿Qué áreas metropolitanas de España funcionan y serían un modelo para Sevilla?
-Si entendemos área metropolitana como un gobierno constituido para gobernar o administrar el territorio, en España no funciona ninguna. Los dos existentes -en Barcelona y Valencia- fueron abolidos y la principal razón fue el enfrentamiento entre el gobierno autonómico y el consistorio de la ciudad central. En cambio, si entendemos el área metropolitana como el espacio en el que se localizan e interactúan las principales actividades económicas, sociales, territoriales, entonces sí que tenemos buenas prácticas que estudiar.
-¿Qué aciertos han conseguido áreas metropolitanas como Valencia, Bilbao, Madrid, Barcelona o Zaragoza?
-Tanto en España como en Gran Bretaña se desarrollan procesos muy importantes que tienden a superar los defectos de gobiernos metropolitanos anteriores. Resitúan la gestión en el contexto de la sociedad red contemporánea, caracterizada por la intensificación de interdependencias entre los diferentes niveles del gobierno y entre los actores públicos, privados y sectores de la ciudadanía. Para ello, deben superarse formas de gobierno verticales y jerárquicas. Barcelona, con su plan estratégico metropolitano, y Bilbao son, entre otros, buenos ejemplos. En Madrid, la comunidad autónoma puede entenderse como un gobierno metropolitano elegido directamente por los ciudadanos, al igual que el gobierno del Gran Londres. Son dos casos especiales.
-Los ejemplos que se han propuesto en la Gran Sevilla para justificar un gobierno único son Lyon y Manchester. ¿Cómo evalúa esas dos experiencias?
-El caso de Lyon no es aplicable a Sevilla. El gobierno metropolitano de Lyon tiene dos órganos: el Consejo del Gran Lyon, constituido sólo por ayuntamientos; y la Comisión Ejecutiva, escogida por éste. ¿Usted cree que en España puede plantearse un gobierno metropolitano estable excluyendo al gobierno autonómico? Imposible e ineficiente. Manchester es una ciudad región referente de gobernanza en Gran Bretaña, y es un ejemplo de gobierno flexible y horizontal. Coordina y no sustituye competencias municipales.
-¿Qué errores han cometido a la hora de organizarse como territorios metropolitanos?
-Los más comunes son cinco: poner el carro antes que los caballos, es decir, crear un gobierno sin definir estrategia y proyectos; no haber generado un clima de confianza política basada en el todos ganan entre distintas administraciones; crear una organización vertical y jerárquica; no tener en cuenta demandas ciudadanas ni de actores privados; y, como consecuencia de lo anterior, establecer bajo cualquier excusa una lucha por el vértice jerárquico entre gobiernos locales o regionales.
-La organización de un área metropolitana ¿no se traducirá en más impuestos y los mismos servicios?
-Sin duda, un gobierno sin objetivos y proyectos claros es ineficiente y despilfarrador de recursos.
-La Gran Sevilla ha empezado por el transporte. ¿Son los cimientos o el tejado?
-Creo que es un inicio. Es una de las buenas maneras de empezar, por las políticas concretas y sentidas por los ciudadanos. Luego puede plantearse una mayor coordinación institucional que dé paso a una organización metropolitana. De todos modos, creo que es necesario y posible ir más allá.
-Después de Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla (Potaus), ¿qué debe ir?
-Sin duda la clave es la ordenación. Se precisa un marco de ordenación urbano que articule, no que sustituya, las competencias urbanísticas de los municipios.
-El PSOE plantea la planificación estratégica de la Gran Sevilla y el PP que se solucionen los problemas más acuciantes ¿lleva uno más razón que el otro?
-Aparecen como contradictorios en la batalla política, pero no lo son. ¿Usted conoce alguna empresa que pare su producción para hacer su plan estratégico? Yo no. Una ciudad lo mismo. En este sentido la perspectiva metropolitana ayuda a identificar los problemas municipales e intermunicipales.
-Es conocida su postura en contra de crear una institución para el gobierno metropolitano. ¿Cuáles serían sus efectos en un territorio como la Gran Sevilla?
-Crear gobiernos con esquemas del pasado es complicar más el entramado institucional, gestionar ineficientemente y agravar más los problemas.
-¿No aprovecharían los partidos sus parcelas de poder para torpedearse unos a otros?
-Lo más importante es que sin consenso entre las administraciones, a la batalla partidista se uniría el conflicto interinstitucional.
