Marián Romero (Jaén, 1977) cambió su trabajo como perito de seguros para lanzarse a la aventura empresarial en plena crisis. Con Citriver ha puesto en el mercado un nuevo producto que es la base de muchos de los platos de la cocina mediterránea y que consiste en ofrecer al cliente verduras envasadas en línea fría y con un punto de prefrito justo para que pueda terminar el plato al gusto.
¿La vida de estrés de hoy día que permite poco tiempo para cocinar es lo que le ha llevado a montar la empresa? Empezamos con la cuarta gama, que es la verdura cortada y envasada, pero tenía el problema de que a los diez días caducaba. Para solucionar el tema del tiempo, decidimos pocharlas en aceite de oliva virgen extra y sacamos un productos 100% natural. No tiene aditivos, ni conservantes ni colorantes y para el cliente es una cosa fácil, rápida y cómoda. Está dirigido tanto al ama de casa como al profesional. La cuestión es que permite elaborar platos saludables en tan solo diez minutos.
Es decir, que tiene dos perfiles de clientes. Tenemos la línea profesional y en ella ofrecemos el producto en envases de dos y ocho kilos. Son más individualizados, como cebollas, pimientos, calabacines... Se preparan por separado para que el profesional sea el que los mezcle y trabaje sobre eso. Le damos la opción de hacerle el producto a medida según lo que solicite. Trabajamos con colegios, hoteles, guarderías, hospitales y cadenas de restaurantes y también lo distribuimos por pequeños bares de pueblo para que llegue a cualquier punto. También surtimos a empresas de comida a domicilio. El éxito es que se hacen más platos en menos tiempo y eso abre más posibilidades al profesional que crea. Le quitamos las cosas tontas de la cocina y dejamos que hagan aquellas para la que está preparado.
¿Cómo llega al cliente de a pie? Nos planteamos que podíamos destinar el producto a amas de casa y llegamos a un acuerdo con Carrefour para estudiar las oportunidades de negocio. En esta gran superficie vendemos seis productos: cebollas, setas con vino, verdura para pisto y base para paella, estofado o potaje. En diez minutos puedes tener un plato en el que además se incluyen más verduras de las que suele tener un ama de casa en su nevera.
¿En qué lugares pueden encontrarse sus productos? El formato hostelería lo estamos vendiendo ya a nivel nacional, mientras que el destinado al cliente de a pie solo por ahora en Andalucía, aunque la idea es que se expanda la venta a otras regiones del país. Se trata de un producto novedoso y pionero. Cuando hacemos los preparados a medida para profesionales, estamos ofreciendo un servicio que nadie da, un servicio que además solo puede prestar una empresa pequeña como esta, donde le damos la mayor importancia a la calidad.
¿Y para cuándo el salto al mercado internacional? La exportación es el objetivo más inmediato. Nuestro producto tiene muchas ventajas, no solo por el tema de la caducidad respecto al producto en sí, sino por el espacio que ocupa, ya que nuestra verdura está muy concentrada y es 100% aprovechable. La mentalidad europea es de comer mucha verdura. Ya han mostrado interés en Italia, así que hemos iniciado negociaciones allí, aunque también nos interesan mucho otros países como Holanda y Alemania.
¿Qué otros objetivos se marca a corto plazo? Estamos desarrollando una línea de ecológicos, en línea con la apuesta de la Junta, que quiere dar estos productos en centros públicos como los colegios. Estamos adaptando nuestras instalaciones para ello y podemos ser muy competitivos en precio. Tenemos una parte social dirigida al consumo de verduras entre los niños. Lo hacemos en colaboración con varios médicos, que nos están ayudando a preparar un documento sobre los beneficios que aportan las verduras a los más pequeños. El niño no las rechazará si se acostumbra a ellas desde el principio, aunque a veces es difícil porque es más fácil poner un filete con patatas. Con nuestro producto es fácil incluir la verdura en ese plato.
¿Por qué decidió cambiar su vida como perito de seguros para montar una empresa? Mi madre tenía empresas y yo he crecido en Macael, un lugar de emprendedores todos hombres, en Almería, tierra de verduras. Apuesto por la agricultura andaluza. Lo compramos todo aquí. Hay que colaborar entre empresas porque son momentos difíciles. La financiación es complicada, aunque la conseguí, así como ayuda de la familia. Partí desde cero y lo que venga siempre va a ir a mejor. Montando empresas colaboras con la economía y ayudas a gente. Cada contratación es un triunfo.
¿Cree que le ha resultado más difícil por el hecho de ser mujer? Creo que las mujeres siempre han pensado eso, pero no es así. Los hombres nos ven muy preparadas y además nos apoyamos mucho entre nosotras. Es decir, que estamos igual de preparadas que ellos y encima contamos con ese apoyo, de hecho, hay muchas asociaciones de empresarias. Aunque es cierto que seguimos teniendo más trabajo en casa, los hombres entienden que queremos realizarnos profesionalmente.
