Llama la atención su juventud, su simpatía y su altura. Ordenado sacerdote en 2001, Luis Rebolo González fue vicario parroquial en El Viso del Alcor.
-¿Cómo ve Écija un cura recién llegado, joven y formado en la Universidad Gregoriana de Roma?
-Es una ciudad formidable y tremendamente rica en sus posibilidades de crecimiento y promoción humana. La Iglesia siempre le ha reconocido un papel fundamental como catalizadora de los procesos sociales. Sus numerosos colegios, su relevancia patrimonial, su necesario compromiso turístico y su labor iluminada por la fe con los colectivos más desfavorecidos convierten a la Iglesia en un agente social de extraordinario interés.
-¿Qué no le gusta?
-Su conformismo.
-Lo suyo es llegar y besar el santo: recién aterrizado y arcipreste. ¿O es que no había otro para el cargo?
-La gente eso lo desconoce, pero en el Arciprestazgo de Écija el sacerdote que no ha hecho un colegio ha fundado una cooperativa, y el que no ha sido el principal promotor del turismo local ha pagado de su sueldo la bolsa de la compra y los estudios de docenas de familias. Todos eran mejores que yo para el cargo, eso sin duda.
-En el poco tiempo que lleva ha restaurado la parroquia, ha apadrinado una protohermandad, ha puesto en pie una escuela de teología? Usted no para.
-En Écija hay hambre de trabajo serio y comprometido. La misma gente es quien crea la demanda, quien te pide que hagas estas cosas. Tú abres una puerta y entra la gente en tropel, sobrada de ganas. Con este pueblo es muy fácil trabajar.
-Llama la atención que habla usted mucho de compromiso social. Tampoco está la ciudad acostumbrada a eso.
-Es más necesario que nunca, al mundo no le ha ido mejor sin Dios. El siglo XX nos ha enseñado que si Dios muere, el hombre queda reducido a las cenizas de Auschwitz. La alianza fe-razón es útil para la sociedad, incluso para los que dejan al margen las creencias. Desde el Evangelio hay mucho que decir al hombre de hoy.
-No es de los que se quedan en su parroquia esperando que vengan a verle.
-Esto es trabajo de calle. También hemos querido abrir las puertas de la parroquia a los barrios.
-Además de reunirse abre las puertas de la iglesia, e incluso le va a hacer reformas para hacerla accesible.
-Queremos adaptar todos los accesos de la parroquia a las personas con discapacidad. Con la ayuda de la Fundación La Caixa se ha dado el primer paso, adecuar la puerta de acceso al templo, que era lo más costoso y la barrera más dificultosa. El difunto obispo de Jerez, Rafael Bellido, decía que la Iglesia lo que tiene que hacer es abrir puertas? en todos los sentidos.