Es indudable que un equipo que ha sido doble campeón reciente de una competición parte para la siguiente edición si no como favorito, sí con grandes posibilidades de llegar hasta las rondas finales. Ahora bien, para poder conseguirlo hay que empezar desde cero y el Sevilla Fútbol Club está obligado a dejar hoy en la cuneta al representante austríaco de la tierra que vio nacer a Wolfang Amadeus Mozart, el Red Bull Salzburgo.
Afortunadamente para el equipo de Manolo Jiménez, el gol en el tiempo de descuento del partido de ida marcado por Adriano tras jugada de Chevantón le da cierta tranquilidad para llevar este choque de vuelta. Digo cierta tranquilidad porque en fútbol no debe existir jamás la confianza, ya que en ella vive la sorpresa. Dos goles son una gran renta para el equipo que es en todo superior, pero hay que ser cauteloso y pensar que está encima la liguilla y que es de obligado cumplimiento eliminar esta noche al Salzburgo. Ni el tiempo, con frío y lluvia, ni el césped artificial ni el rival deben ser óbice para que el Sevilla no esté en el próximo sorteo de la Copa de la UEFA.
