El Sevilla 2008/09 sigue pulverizando récords. Vive el mejor arranque liguero de toda su historia (17 puntos de 21 posibles), ocupa el segundo puesto de la tabla por delante de Villarreal, Barcelona, Real Madrid... Y lo hace como si nada, como si le resultara fácil mantenerse invicto después de siete jornadas. Un partido como el de ayer no enamorará porque no fue espectacular, pero sirve para confirmar que algo ha cambiado. ¿Echó de menos alguien a Kanouté? ¿Y a Luis Fabiano? ¿Quizá a Diego Capel? ¿O a Renato? ¿Y a Javi Navarro? Seguramente todas las respuestas sean negativas. Ni siquiera la plaga de lesiones parece afectar a este Sevilla que, más que nunca en toda la era Jiménez, demuestra ser un verdadero equipo. Ha encontrado la clave: equilibrio.
Mientras el grupo hace historia batiendo el récord del club de partidos consecutivos sin encajar un solo gol, Palop supera al emblemático Buyo en minutos con la portería a cero. El valenciano agranda aún más su paso por Nervión. Pero quizá de récord también es lo de Aldo Duscher. En cuestión de semanas, el argentino ha conseguido algo que nadie esperaba: hacer olvidar -al menos momentáneamente- a dos estrellas como Poulsen y Keita. Las comparaciones son odiosas, pero es obligado hacerla. Sin hacer ruido, Duscher está marcando diferencias. Hoy por hoy es indiscutible en este argentinizado Sevilla. Como Fernando Navarro, otro fichaje de categoría. También lo ha dejado claro.
Todo está saliendo a pedir de boca para un Sevilla que comienza a poner en ebullición la sangre a su parroquia. Pero queda mucho camino por delante y la cuestión es saber si este equipo de récords, que pasará a la historia del club, será también un equipo de leyenda como lo fue el Sevilla de Ramón Encinas o el de Juande. Mientras se conoce lo que da de sí su trayectoria, Jiménez continúa haciéndose fuerte en el cargo. Sólo falta dar espectáculo... y ganar algún título, lo que de verdad vale.
