Economía

España es el país que más acusará esta crisis

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recortado las previsiones de crecimiento para España en 2009 en cinco décimas, hasta el 1,2%, lo que constata que el país será de los más afectados por la crisis mundial. De hecho, es el único que el FMI revisa a la baja, frente a la subida prevista a nivel mundial, que se situará en el 3,9%. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 08:10 h.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recortado las previsiones de crecimiento para España en 2009 en cinco décimas, hasta el 1,2%, lo que constata que el país será de los más afectados por la crisis mundial. De hecho, es el único que el FMI revisa a la baja, frente a la subida prevista a nivel mundial, que se situará en el 3,9%.

Las dificultades económicas que atraviesa España se agravarán en 2009, según el FMI, que bajó en medio punto su previsión de crecimiento hasta el 1,2%, lo que supone el mayor recorte de sus pronósticos a nivel mundial. "Definitivamente nos preocupa la ralentización en España", dijo Charles Collyns, subdirector del departamento de análisis de la entidad. Para este año el organismo internacional mantuvo su previsión de que el Producto Interior Bruto (PIB) del país se expandirá un 1,8%.

En abril, cuando el organismo hizo públicas sus previsiones, el Gobierno español tildó los números de "excesivamente pesimistas". No obstante, al actualizar sus cálculos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) no sólo no se retractó, sino que auguró tiempos más difíciles para España, con una caída importante de la actividad económica en 2009 con respecto a este año.

De este modo, el FMI dio un tajo a sus números pese a que al mismo tiempo revisó al alza las previsiones de crecimiento de los principales socios comerciales de España. Un factor clave en esa discrepancia es el bajón del sector inmobiliario, que ha reducido la actividad económica y la riqueza de las familias que poseen una vivienda, según Collyns.

La caída de la construcción fue, junto con la erosión del consumo, la responsable de un deterioro más agudo que lo anticipado de la economía en el primer trimestre, al tiempo que hay señales de una desaceleración de la actividad industrial, según el Fondo.

Pero el frenazo de la economía, a su juicio, no es la única amenaza para el país. También se enfrenta a una inflación "bastante alta" y a un déficit "amplio" de su sector exterior, por lo que Collyns afirmó que el Gobierno español no debería caer en la tentación de aprobar más medidas fiscales para oxigenar la economía.

Al contrario que España, Alemania, Francia e Italia crecerán este año más de lo previsto en abril por el FMI, aunque la revisión más significativa se refiere a Estados Unidos. La mayor economía mundial se expandirá en 2008 un 1,3%, ocho décimas más que lo que había augurado la entidad.

Con ello, el FMI colocó sus pronósticos en línea con la Reserva Federal estadounidense, que esta semana también elevó su cálculo del PIB para este año, que ahora cree que caerá dentro de la horquilla del 1% al 1,6%. El economista jefe del FMI, Simon Johnson, justificó el cambio porque el jarro de agua fría de la crisis financiera ha enfriado a la economía menos que lo anticipado.

A nivel mundial habrá una expansión del 4,1% este año, cuatro décimas más previsto en abril por el FMI, que para 2009 elevó su pronóstico en una décima, hasta dejarlo en el 3,9%. Estados Unidos también crecerá el próximo año dos décimas más de lo previsto, hasta el 0,8%, según el organismo.

El PIB de la Zona Euro, por su parte, aumentará este año un 1,7%, tres décimas más de lo que había pronosticado en abril la entidad, que dejó sin cambios su previsión para 2009, que situó en el 1,2%.

Pese a la mejora de sus cálculos en general, Johnson opinó que la situación es "más complicada" que en abril porque la escalada del petróleo y los alimentos ha agigantado el peligro del alza de precios. La subida ha dejado a los banqueros centrales "atrapados entre intentar responder a la ralentización económica y contener la inflación", explicó Johnson.

Por ahora, la receta del FMI para los países industrializados es mantener las tasas de interés sin cambios, pero con el ojo listo para subir el precio del dinero tan pronto como se intensifiquen las señales inflacionarias. En cambio, las economías emergentes deberían subir el valor del crédito "apreciablemente" para evitar que se desboquen los precios, según el Fondo.

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