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España excusa la detención de sus agentes porque "pisaron Gibraltar"

Los ministros de Exteriores e Interior confirmaron ayer que los cuatro guardias civiles entraron armados en suelo británico persiguiendo a dos narcotraficantes.

el 08 dic 2009 / 18:27 h.

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Foto del cantaor Antonio Mairena tomada 19 de noviembre de 1969

El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, interrumpió ayer su agenda en Bruselas para organizar una rueda de prensa donde debía dejar claro un mensaje: "No era sólo una cuestión de aguas". La noche del lunes, España, Reino Unido y Gibraltar se arrimaron mucho al borde de un conflicto diplomático cuando la Policía del Peñón detuvo a cuatro guardias civiles uniformados que habían penetrado en territorio gibraltareño persiguiendo a un grupo de narcotraficantes.

En principio se pensó que los agentes habían sido incerceptados por adentrarse en aguas que Gibraltar considera suyas, aunque la comunidad internacional no les reconoce autoridad sobre la zona costera. Pero Moratinos confirmó que los guardias civiles fueron retenidos porque "en el transcurso de una operación en caliente" penetraron, pistola en mano, en "terreno gibraltareño" sin avisar.

A las 19.45 horas del lunes, una cámara del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) de Carboneras (Algeciras) divisó una lancha sospechosa y, desde tierra, se avisó a los agentes que patrullaban el Estrecho para que le dieran el alto. Estos localizaron la embarcación, pero al tratar de identificar a sus tripulantes, se desencadenó la huida. La persecución se produjo de noche, "con reducida visibilidad". La lancha "cambió de rumbo" varias veces, hasta que embarrancó en la costa gibraltareña y sus ocupantes salieron corriendo.

Los agentes españoles desembarcaron en el Peñón persiguiendo a los supuestos traficantes. En este momento, según informó ayer el Ministerio del Interior, realizaron "señales acústicas y luminosas" para alertar a la Policía de Gibraltar que se encontraba en el muelle. Pero los agentes británicos no se dieron por aludidos, más bien se "sobresaltaron" y actuaron contra todos ellos. Primero se hicieron cargo de los perseguidos, que fueron detenidos por un delito de "entrada ilegal en Gibraltar y utilización de una embarcación no permitida". Y luego desarmaron a los guardias civiles y les condujeron a dependencias policiales, donde permanecieron dos horas retenidos. "En todo momento el trato recibido fue muy correcto", dice Interior. La salida de los guardias civiles hacia España se produjo pasadas las 23.00 horas. Las armas, la lancha y el material les fue devuelto ayer.

El conflicto diplomático se abortó en pocas horas. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, telefoneó personalmente a Peter Caruana, ministro principal de Gibraltar, para excusarse por la "actuación incorrecta" de los agentes, y asegurarle que no hubo ninguna "intencionalidad política". Caruana calificó ayer el suceso de "grave incidente", en declaraciones a la Cadena SER, pero aceptó las disculpas de Rubalcaba y remarcó que la "rápida reacción" del Gobierno español impidió un conflicto diplomático mayor. El Reino Unido ha abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido. Caruana se mostró ayer jovial, y dijo que hay que hacer lo posible "para que los delincuentes no se beneficien de los conflictos políticos".

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