"El Gobierno español sigue llevando a cabo todas las acciones necesarias para resolver el secuestro del Alakrana con la mayor rapidez posible", así de claro fue ayer el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que acudió a Sevilla a clausurar las jornadas Young Mediterranean Leaders.
En este contexto anunció que el embajador español en Kenia, Nicolás Martín Cinto, y el primer ministro de Somalia, Omar Abdirashid Ali Sharmarke, mantendrán hoy una reunión "urgente" en Nairobi (Kenia), para poner en marcha algunas actuaciones que "permitan facilitar una solución al secuestro" de los 36 marineros del atunero vasco, que llevan 38 días retenidos por piratas somalíes.
Moratinos explicó que, aunque la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, está de viaje oficial en Argentina -por lo que ha sido muy criticada-, ayer mantuvo una conferencia telefónica con todos los miembros del Gobierno que forman el comité de crisis, para insistir en que se tiene que seguir trabajando por la vía diplomática, "como la mejor manera de alcanzar una solución". Una postura que enmienda las declaraciones que hizo el viernes el secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, quien no llegó a descartar la intervención militar liberar a los marineros.El ministro de Asuntos Exteriores repitió en varias ocasiones que el Gobierno quiere poner fin al secuestro por la vía diplomática, por lo que pidió "confianza y tranquilidad". "Es una situación dramática, en la que lógicamente el objetivo principal y prioritario es garantizar el regreso sanos y salvos de todos los tripulantes", reiteró el ministro.Asimismo, confirmó que se sigue negociando con los secuestradores, aunque pidió prudencia, "porque lo que hace falta es seguir trabajando". De hecho, ayer los piratas se pusieron en contacto con la empresa armadora del Alakrana, Etxebastar Fleet, para exigir el traslado a Somalia de los dos bucaneros detenidos en España más el rescate.
Al mismo tiempo de que Moratinos anunciara la reunión de hoy con el primer ministro somalí, miles de personas pidieron ayer en el puerto de Bermeo (Vizcaya) la liberación de los pescadores. Una pancarta con el lema Gure arrantzaleak askatu (Libertad para nuestros pescadores) encabezó la marcha a la que acudieron políticos de todas las formaciones, entre ellos, la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga (PP) y el presidente del PNV, Íñigo Urkullu. La hermana del capitán del atunero secuestrado, Argi Galbarriatu, reclamó que se adopten las medidas necesarias para la liberación de los pescadores e indicó que no dejarán de movilizarse hasta que esto se logre.Por la tarde en Vigo se celebró otra marcha convocada por los allegados de los marineros gallegos del Alakrana en la que también se exigió el rescate de todos los pescadores.Además, ayer en la Cadena SER, la mujer de uno de los tripulantes María Ángeles Jiménez pidió a la Casa Real que interceda en la liberación de los marineros españoles.
Asimismo, los familiares de los pescadores retenidos exigieron a los políticos unidad de acción, aunque desde algunos sectores del PP este secuestro se está utilizando como un arma arrojadiza contra el Gobierno. Ayer el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; el secretario general del grupo socialista del Congreso, Eduardo Madina; y la secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE, Elena Valenciano, entre otros, pidieron al PP que espere a que se resuelva el secuestro para lanzar sus crítica, porque, según remarcaron, ahora es el momento de estar unidos. Prometieron que una vez que los pescadores estén en casa admitir los errores si es que se ha cometido algún fallo.
Extradición. Por su parte, el Gobierno vasco volvió a insistir en que es posible extraditar a los dos piratas para que sean juzgados en algún país africano como Kenia o Somalia. El consejero de Interior, Rodolfo Ares, incluso llegó a decir que la devolución de los tres pescadores al barco responde a "una actitud negociadora de los clanes piratas" y advirtió de que estos son "expertos en generar tensión y angustia".
Mucho más moderado y con posturas más coincidentes con el Gobierno central fue el presidente de gallego, el popular Alberto Núñez Feijóo, quien reclamó unidad de acción y que el Ejecutivo "focalice todas las energías" de las administraciones "en ayudar a liberar" a los tripulantes del atunero. Asimismo, instó a analizar todas las posibilidades para su rescate.
