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¿Estudiantes privilegiados o mano de obra barata?

La ampliación de jornada haciéndoles perder el dinero de las guardias ha colmado su paciencia. Los residentes ponen en jaque al SAS con un paro que saca a la luz las contradicciones de su estatus laboral.

el 24 nov 2012 / 19:59 h.

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Paola Fernández.

Estudian una carrera, como cualquier otra, cuyo título solo les acredita como médicos (en general) para ejercer en la sanidad privada. Para optar al sistema público deben superar un examen -como cualquier profesional debe opositar- que en su caso no les garantiza un trabajo de por vida sino una plaza remunerada para especializarse durante cuatro o cinco años tras los que antaño solía venir un contrato y hoy el paro. Es en ese periodo de empleo en formación en el que los médicos residentes se encuentran en una especie de limbo, aunque un Real Decreto de 2006 regula su relación laboral. La Junta les recorta el sueldo y les amplía la jornada como a sus empleados públicos, pero les afea que hagan huelga porque son estudiantes y las horas que pierdan repercutirán en su evaluación. Para su huelga no se fijan servicios mínimos porque, en teoría, son personal complementario pero su ausencia afecta a consultas y operaciones. Son los únicos licenciados a los que se les paga su especialización (el resto debe costearse un máster) pero también un personal con el que cuenta el SAS para funcionar -cada año se incorpora un millar de nuevos residentes y actualmente hay 4.500 en Andalucía, 800 en Sevilla-. Los últimos recortes han hecho estallar a un colectivo que lleva ya una semana de paros y el viernes se encerró en el Colegio de Médicos. Su intención es su imagen de estudiantes privilegiados y probar qué pasa si el sistema se queda sin su mano de obra barata.

Manuel Bayón
Residente de Medicina de Familia enel Macarena

"En una guardia del hospital
el 80% somos residentes" 

Manuel Bayón, 28 años, está en el último año de residencia de Medicina de Familia en el Hospital Macarena, lo que hace que su trabajo transcurra a diario en el centro de salud de Pino Montano y que de sus cuatro guardias al mes, una sea en Urgencias del Macarena y tres en ambulatorios de la Sierra Norte. "Cuando yo era R1 había en mi centro de salud tres médicos contratados como plantilla colchón, para cubrir bajas y sustituir a los médicos que faltaban en sus consultas. Ahora no hay ninguno y su trabajo lo hacemos los residentes, con lo que la formación es cero, porque se supone que yo tengo asignado un cupo de pacientes que me reparto con mi tutora, pero yo paso a plantilla colchón y mi tutora se hace cargo de su cupo y el mío", denuncia. El resultado, dice, es que deja de formarse con su tutora y se resiente la asistencia a sus pacientes porque "no hay un seguimiento".

"Tampoco tenemos coordinadora de área, la persona que coordinaba a todos los residentes de Familia de los centros de salud dependientes del Macarena, a la que liberaban dos días a la semana de su consulta para que nos organizara sesiones clínicas, donde se analizan casos y se hace diagnóstico diferencial, y rotaciones por el hospital. Ya no la liberan esos días y todo eso no se hace", critica.

Deja claro que "el SAS vende siempre que somos médicos en formación pero la realidad es que en una guardia del hospital el 80% son residentes". La prueba de que los MIR cubren trabajo estructural, alega, "es que se supone que aunque estemos en huelga esto debería funcionar y han tenido que reforzar plantillas". "Nos piden que hagamos esfuerzos y que los recortes son para todo el mundo pero ¿cuánto cobran en productividad y cuánto se han recortado la consejera y los altos cargos?". 

Irene Estrada
Residente de Cardiología en el Hospital de Valme

"No vamos a trabajar con libros, hacemos una labor importante" 

Irene Estrada, 27 años, es R4 de Cardiología en el Valme. Asegura que "el sistema de formación de los especialistas prevé que a medida que se van adquiriendo competencias el sueldo se vaya incrementando progresivamente, pero en mi promoción, la de 2008, no ha sido así, porque con los sucesivos recortes cobramos prácticamente lo mismo que cuando empecé de R1", pese a que asume más labores de forma autónoma que entonces.

"Es verdad que cobramos por formarnos pero nosotros no vamos con libros al hospital, desarrollamos un trabajo muy importante. Las horas de formación las echamos en casa, con cursos los fines de semana...", subraya. Lamenta además que la sociedad tenga "interiorizado el mito de la élite de los médicos y los sueldos porque el sueldo base es mileurista y antes hacíamos seis o siete guardias pero ahora nos las han limitado a cinco y al ampliarnos la jornada nos quitan diez horas mensuales de esas guardias, que se cobraban como horas extras" y que pasan a contar como ordinarias.

Reconoce que en su área y en su hospital no hay menos adjuntos y el 25% de jornada que les han recortado "se los quitan de la continuidad", las tardes que acuden los médicos a trabajar y que se pagan aparte -tras una huelga del Sindicato Médico, la Junta permitió que cada servicio negociara la forma de aplicar la nueva jornada-. "De momento no nos han pedido a nosotros que cubramos esas tardes pero se está sobrecargando la labor de los tutores, que no está reconocida económicamente, no se les están dando facilidades, por eso también pedimos que les cuenten como ampliación de la jornada las horas de tutorías porque si les sobrecargan o los tutores dimiten, nuestra formación se resiente", explica. 

Manuel Gómez
Residente de Medicina Interna del Virgen del Rocío

"El recorte en personal nos deja sin tutor y ocupando su puesto"
 

Manuel Gómez tiene 28 años y es residente de cuarto año de Medicina Interna en el Virgen del Rocío. Su sueldo base por trabajar de 8.00 a 15.00 horas de lunes a viernes ronda los mil euros mensuales que, con cinco guardias al mes de 24 horas, se convierten en unos 1.700 o 1.800 euros, ante lo que pide "que no se nos vea como una clase adinerada".

Pero pese a los sucesivos recortes salariales a los empleados públicos que se les han aplicado también a ellos, deja claro que "no estamos protestando por dinero". A su juicio, lo más grave es "la pérdida de formación" que están sufriendo.

Durante toda la residencia, aunque progresivamente ganan en autonomía, deben estar tutorizados por un médico adjunto, una labor no remunerada a la que "se suelen prestar los jóvenes, que son los que tienen contratos eventuales, porque los que tienen plaza fija son los mayores, que se implican menos". Los recortes han reducido estos profesionales contratados y los que quedan tienen contratos cada vez más temporales, de un mes que se van renovando, y por el 75% de la jornada, con lo que renuncian a esa labor. El resultado es que "hemos perdido formación y además nos obligan a nosotros a cubrir los puestos de ese personal que falta".

"Los R4 podemos pasar consulta solos pero siempre tiene que haber un adjunto al que poder acudir, pero al hacerles contratos por el 75% de la jornada un día a la semana que no están, y además ese día nosotros cubrimos la consulta", relata. "Es verdad que estamos en formación pero hacemos un trabajo como otro cualquiera, las horas de estudio son fuera y nunca reconocidas. Y el MIR no nos da una plaza, cuando se acaba vamos al paro. Se invierte en formarnos para luego tener que irnos fuera a trabajar". 

María José Rosende
Residente de Familia del Macarena

"Hay cosas que no aprendo por ponerme en lo que ya sé hacer" 

María José Rosende, 28 años, es R4 de Medicina de Familia en el Macarena. Al margen de las guardias, a diario pasa consulta en el centro de salud de Gonzalo Bilbao. "En verano he estado todo el tiempo sustituyendo a otros médicos y no he visto a mi tutora. Mis dudas no tenía nadie a quien preguntarlas porque mi tutora estaba atendiendo otra consulta. Es como si fueras un adjunto, aprendes por ti mismo", explica. Se queja de que, pese a estar terminando su formación como especialista, "hay servicios por los que no he rotado porque tengo que cubrir huecos y me ponen en lo que ya sé hacer, donde soy útil, con lo que puedo saber mucho de una cosa y nada de otra". "Vamos a salir peor preparados", lamenta.

Frente a las críticas que consideran desmesurada la huelga indefinida convocada por los MIR, defiende que previamente "hemos protestado muchísimo, cada uno en su servicio, porque la formación se está viendo muy afectada" y "llevamos seis meses organizándonos alrededor de la Coordinadora" (la huelga está convocada por la Coordinadora Andaluza de Representantes de Especialistas Internos Residentes). "Intentaron hablar con el SAS y la Consejería sin éxito, por eso se planteó la huelga, para que se viera la situación, y entonces llamaron dos días antes de la huelga pero para nada".

La gota que ha colmado el vaso es que les apliquen la ampliación de jornada convirtiendo en ordinarias las 10 horas mensuales de guardia -que cobran a entre 12 y 13 euros la hora-. "En otras comunidades no se las quitan de ahí y a los adjuntos les dejan mantener las tardes extra de continuidad aunque echen una más gratis. Podíamos echar esas horas con nuestro tutor y que nos mantengan las guardias", explica. 

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