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Europa recupera su ritmo aéreo tras siete días de caos

Ayer jueves operaron entre 28.000 y 29.000 vuelos en el continente, una cifra casi habitual.

el 23 abr 2010 / 05:35 h.

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Yal octavo día, el cielo europeo funcionó. El tráfico aéreo volvió ayer a su ritmo habitual y los principales aeropuertos de Europa se descongestionaron casi por completo después de la crisis provocada por la nube de cenizas del volcán islandés. La Agencia Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea (Eurocontrol) calculó que ayer se realizaron entre 28.000 y 29.000 vuelos, una cifra parecida a la de un día normal.

Sólo hubo algunas cancelaciones debido a las restricciones que al cierre de esta edición persistían en del sur de Finlandia, el sur de Noruega, el norte de Escocia y el oeste de Suecia, así como a los problemas logísticos de las aerolíneas para reanudar sus esquemas de vuelo habituales. En la jornada del miércoles, las perturbaciones ya se redujeron notablemente y pudieron despegar hasta 22.189 vuelos en Europa, el 80% del tráfico normal.

En Bélgica y Holanda, países muy afectados por la crisis aérea en días anteriores, la situación también fue de casi completa normalidad. La asociación belga de consumidores, no obstante, aseguró que unos 25.000 belgas continuaban atascados en el extranjero. El aeródromo de Amsterdam-Schiphol informó de que por primera vez en cinco días ningún pasajero pasó la noche bloqueado por la crisis aérea, mientras que el de Eindhoven también funcionó con normalidad después de que la aerolínea irlandesa de bajo coste Ryanair volviese a prestar sus servicios.

En cuanto a España, los aeropuertos operaron sin restricciones al disiparse la nube de cenizas, por lo que ayer se canceló apenas el 1% de los vuelos previstos, en comparación con el 11% que se anuló el miércoles. Así, hasta las 17.00 hora local, de los 5.254 vuelos programados en 47 aeropuertos españoles operaron 2.810 y se cancelaron otros 64 viajes.

Mientras tanto, en la Comisión Europea, el debate seguía centrándose en los derechos de los pasajeros, los problemas detectados en la gestión de la crisis y el impacto económico que el caos causado por las cenizas ha tenido para aeropuertos y aerolíneas y otros sectores vinculados.

En materia de derechos de pasajeros, Bruselas insiste en que todas las compañías deben devolver al viajero el precio íntegro de su billete o hacerse cargo de su traslado a destino por otros medios, así como de su alojamiento y manutención durante la espera. "Esperamos que la gran mayoría de las aerolíneas respete las reglas", aseguró la portavoz comunitaria de Transporte, Helen Kearns, quien animó a los consumidores que no estén satisfechos con el trato recibido a presentar una queja ante la propia aerolínea y, si hay problemas, a las autoridades nacionales.

En caso de que las aerolíneas no cumplan con sus obligaciones, las autoridades nacionales pueden decidir imponer sanciones o multas, y si las irregularidades persisten elevar el caso a los tribunales, precisó la CE. El Ejecutivo comunitario sigue evaluando con la industria y otros afectados las consecuencias económicas que ha supuesto el cierre del espacio aéreo.

En cualquier caso, como se viene avisando desde el primer día de caos, la vuelta a la normalidad es progresiva. Así, ayer continuaban volviendo a sus países pasajeros que durante días han quedado atrapados en destinos a los que ha afectado la nube de ceniza. Es el caso de las 2.000 personas que partieron ayer en un crucero desde Getxo (Vizcaya) hacia el Reino Unido.

El barco, llamado Celebrity eclipse, nuevo y que todavía estaba sin estrenar, llegó al puerto vizcaíno a las 7.00 horas desde el puerto de Southampton, con 300 personas. En su mayoría los que llegaban eran españoles, que según comentaron desde la naviera estaban encantados por haber estrenado el buque.

En estas circunstancias, el protagonista de la historia, el volcán de Islandia en erupción, siguió provocando fuertes temblores, a pesar de que la cantidad de ceniza y humo que expulsaba a la atmósfera era ya considerablemente menor. Ahora, el humo y el gas que salen del volcán tienen mucha menos ceniza y la columna permanece baja, aunque su evolución es impredecible.

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