Cultura

Experiencia erótica londinense en la Berlinale

Winterbottom vuelve a sus raíces: sexo, humor y pop británico

El realizador británico triunfa en Berlín con el biopic de Paul Raymond, el gran magnate de la industria erótica británica.

el 09 feb 2013 / 21:57 h.

Amanda Seyfried, de 'Los miserables'.

Alejandro Ávila (enviado especial)

El sexo vende y Michael Winterbottom lo sabe bien. Su nueva película, The look of love, es un biopic de Paul Raymond, el empresario que construyó su imperio a base de cabarets y revistas soft porno hasta convertirse en el hombre más rico de Reino Unido. Tras la debacle de The killer inside me, Winterbottom regresa haciendo lo que mejor sabe: contar una buena historia con altas dosis de sexo, britpop y humor. Es, en definitiva, el Winterbottom que nos fascinó hace más de una década con 24 hours party people. El realizador británico consigue contar la peculiar historia de Raymond, un auténtico maniaco sexual, de una manera profunda y divertida, oscilando entre el drama y la comedia, integrando la experimentación visual (los sensuales y coloridos créditos se merecen una mención aparte) con la madurez narrativa. Al genial Steve Coogan, en el papel protagonista, hay que concederle gran parte del éxito de The look of love. El inglés se llena de gloria con un perfecto dominio de los registros más humorísticos hasta los más dramáticos... su fina ironía británica es para quitarse el sombrero. Por otro lado, y como dos horas de videoclips casi ininterrumpidas, podríamos definir la ópera prima del sueco Fredrik Bond, The necessary death of Charlie Countryman. Viendo sus orígenes, no podemos culparle por ello: al fin y al cabo es el director de videoclips de Moby. La película tiene así la capacidad de atraparte con la fuerza de un vídeo musical, a base de imágenes impactantes, primeros planos, acción y música a todo trapo. Shia LaBeouf (sí, el protagonista de la trilogía de Transformers) es el encargado de darle vida a Charlie, haciendo de sí mismo: un pobre pardillo metido en líos, en este caso en Budapest, que se pega media película corriendo como un poseso. Sin duda lo mejorcito de la cinta es el papel del actor alemán Til Schweiger repitiéndose a sí mismo en su rol de malote (Malditos bastardos). Gold (Thomas Arslan) es otra película de competición que ha pasado sin pena ni gloria en esta jornada de festival, mezclando componentes de género de terror con western y un guión harto previsible. De nuevo, una intérprete alemana, Nina Ross (Oso de Plata a mejor actriz el año pasado), ha sido la encargada de darle algo de dignidad a la pelicula. La que se perfila ya para alzarse con el codiciado Oso de Oro es la rusa Dólgaya Shastlívaya Zhizn -Una vida larga y feliz- (Boris Jlebnikov) que enfrenta a un granjero ruso a un terrible dilema moral del que, desde el principio, se augura un oscuro final. Guión, fotografía y trabajo artístico confluyen hasta darle una enorme solidez a esta cinta.

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