El fichaje del guardameta Fabricio, procedente del Valladolid aunque en realidad disputó la última temporada en las filas del Recreativo , debe cerrarse muy pronto, hoy a ser posible. El portero canario, de 23 años, ya tiene su acuerdo con el Betis perfectamente rematado y sólo falta que el club propietario de sus derechos haga lo mismo con sus homólogos de Heliópolis, porque está claro que no le va a dar la carta de libertad ni el jugador va a llegar gratis. Pero las posturas no son ni mucho menos antagónicas y el Betis, que ya adelantó hace tiempo que muchas de las operaciones de este verano se basarían en el intercambio de cromos, apelará precisamente a esa filosofía para salvar el obstáculo que supone el contrato en vigor de Fabricio.
Las posiciones de Betis y Valladolid están tan cercanas que el presidente del club blanquivioleta, Carlos Suárez, cogió ayer el coche y recorrió los 580 kilómetros que separan su ciudad de Sevilla para cerrar en persona la operación. El dirigente vallisoletano es el encargado de encabezar la negociación por la sencilla razón de que a su director deportivo, el exfutbolista José Antonio García Calvo, le quedan seis días de contrato con el club de Zorrilla y no sabe si va a continuar o no, lo que en la práctica se traduce en que no está participando en ningún tipo de operación. El presidente tampoco está mucho mejor, ya que el consejo de administración no lo traga, pero su mandato se alarga de año en año natural y mientras tanto asume estas responsabilidades. Y así está el Valladolid, sin entrenador siquiera para la próxima temporada y con la planificación en ropa interior.
Pero esa es otra historia. La que interesa al Betis y a los béticos es qué va a ocurrir con Fabricio, el arquero que casi consiguió el Trofeo Zamora de la pasada campaña en Segunda División gracias a los 36 goles que encajó en los 40 partidos que jugó. El acuerdo entre el cancerbero y el Betis es un hecho desde la tarde del miércoles y ahora sólo falta que el Valladolid consiga algo a cambio, porque para eso ejerció esa opción de repesca del grancanario que incluyó en su cesión al Recre. Y lo que el Valladolid quiere, consciente como es de que el Betis no le va a dar ningún dinero y consciente también como es de que el portero no entra para nada en sus planes, es uno o varios futbolistas.
PORTERO POR PORTERO, DIFÍCIL. Lo natural en este caso sería que el Betis ofreciese a un portero. Y así ha sido. El Valladolid, que en estos momentos sólo tiene uno en la plantilla (el canterano Javi Jiménez) y además debe renovarlo antes del día 30, estaría encantado de contar con Goitia, pero hay un inconveniente insalvable llamado ficha. El vasco cobra una barbaridad en el Betis y esa barbaridad es inasumible por parte del Valladolid.
Casto presenta un perfil económico más convincente para los castellano-leoneses, pero si Pepe Mel ha de elegir, se queda con el extremeño. El caso es que a priori parece complicado que el intercambio sea de portero por portero y a eso viene Carlos Suárez, a dilucidar qué futbolista o futbolistas pueden allanar el fichaje de Fabricio. Se dice que será un mediocampista, pero resulta que el Valladolid tiene esa demarcación superpoblada. Hoy, en todo caso, es previsible que haya solución.
