Carlos Montes, quien fuera carismático jugador del Caja San Fernando entre las temporadas 1991 y 1996, falleció ayer a los 48 años de edad víctima de un accidente de tráfico, cuando el vehículo todoterreno que conducía se estrelló, por causas que se desconocen, contra un muro en una calle de Madrid, concretamente, y según confirmaron a la agencia EFE fuentes de Emergencias Madrid, en el paso inferior de hormigón de la salida C4 que va desde Avenida de América a la superficie de la calle Arturo Soria. Montes, que falleció en el acto, iba solo en el momento del accidente. El suceso, según esas fuentes, se produjo a las 13.15 horas, pero no fue hasta bien entrada la tarde cuando se conoció que la víctima era Carlos Montes.
La noticia causó conmoción en el Club Baloncesto Sevilla, así como en Estudiantes, las dos entidades donde desarrolló el grueso de su carrera deportiva y en las dejó una huella imborrable. Especialmente afectado estaba en el Caja Raúl Pérez, responsable de Relaciones Institucionales de la entidad del San Pablo y que fuera compañero de equipo en aquel Caja San Fernando que sorprendió a todos en la temporada 1995-1996 alcanzando la final de la Liga ACB. Era el equipo histórico dirigido por Aleksander Petrovic, en el que formaban también, junto al escolta madrileño y Raúl Pérez, Michael Anderson, Warren Kid, Richard Scott, David Solé y el también escolta sevillano Benito Doblado.
Nacido el 3 de octubre de 1965, Carlos Montes, curiosamente, había sido noticia hace unos días después de que el base checo del actual Cajasol Tomas Satoransky le arrebatase el récord histórico de asistencias de un jugador del equipo sevillano en la historia de la ACB. Era una de sus grandes especialidades, pero también y sobre todo su capacidad defensiva. Un portento físico que se convirtió en un auténtico ídolo de la Demencia (conocido como Saltamontes, fue protagonista del mítico concurso de mates en la localidad pacense de Don Benito junto a David Russell y Wayne Robinson en 1985) en su etapa como jugador de Estudiantes, entidad en la que estuvo desde 1984 y hasta que fichó por el Caja San Fernando en 1991, para la que iba a ser la tercera temporada del club sevillano en la ACB. Después de su fructífera experiencia en Sevilla, que arrancó en el equipo que dirigía José Antonio Pesquera, que le dio galones desde el primer día, en un conjunto en el que coincidió con Chus Llano, Chinche Lafuente, Quino Salvo, Darrell Lockhart o Bingenheimer, su carrera discurrió en Granada, Cáceres y finalmente en el Fórum Filatélico de Valladolid, donde volvió a compartir equipo con Raúl Pérez bajo la dirección de Gustavo Aranzana y algún otro excajista como Carles Marco.
Después de retirarse obtuvo el título de entrenador superior y fijó su residencia en Sevilla, donde entró a colaborar con la Federación Andaluza de Baloncesto. Entrenó al Qalat en la Liga EBA y a los cadetes del mismo club durante tres temporadas, hasta que en 2008 se marchó de nuevo a Madrid después de que Estudiantes le ofreciese el cargo de director deportivo, que desarrolló durante dos temporadas. Actualmente estaba vinculado al baloncesto por su labor de entrenador en el colegio Joyfe de Madrid.
El Cajasol expresó en su web oficial sus condolencias. «El Cajasol desea transmitir su más sentido pésame a la familia del alero madrileño en estos momentos tan difíciles. La repentina y desgraciada muerte de Montes llena a la familia cajista de un profundo dolor, toda vez que el jugador vistió la camiseta del club sevillano durante cinco temporadas en las que se caracterizó por su entrega, su lucha y su compañerismo entre otras muchas virtudes».
Francisco Roca, presidente ejecutivo de la ACB, subrayaba que fue «un jugador tan querido como recordado por todos, un ejemplo, tanto dentro como fuera de la pista, un jugador incansable, un trabajador que se ganó el corazón de todos los aficionados con dos décadas de esfuerzo continuo e inteligencia cada vez que saltaba a la cancha». En los segundos partidos de las semifinales de la Liga Endesa se guardará un minuto de silencio en su memoria.
