Manzanares abuelo y padre.
José María Dols Cantó, Pepe Manzanares, ha muerto esta mañana en Alicante a los 86 años de edad. Novillero sin éxito y banderillero de ámbito local, el viejo torero pasará a la historia como padre y abuelo de dos grandes figuras: José María Dols Abellán y José María Dols Samper: los grandes Manzanares, padre e hijo, que recibieron la mejor herencia de un maestro que no logró llegar pero sí supo transmitir a los suyos los secretos del toreo.
Ponce lo despidió para el toreo y el público el último día de San Juan en la plaza de Alicante. En presencia de su hijo, de paisano, y de sus nietos José María y Manuel, matador y rejoneador que completaban aquella corrida mixta, el maestro valenciano le dedicó un emotivo brindis sin saber que podía convertirse en un epitafio.
Pepe Manzanares se había iniciado en la profesión a muy corta edad. Empleado de botones en el hotel taurino de la época en Alicante, asistía al trajín de las cuadrillas. Allí se hizo, sacándolos a escondidas de un esportón, con sus primeros trastos de torear. De ahí a las capeas, bajo el apodo de El Chocho, sólo hubo un paso. Pepe Manzanares llegaba a los pueblos vestido de botones aunque la ilusión no fue directamente proporcional a la suerte y después de muchas andanzas terminó por hacerse banderillero.
Se quedó en el camino sí, pero nunca perdió una enorme capacidad didáctica para explicar los rudimentos y la técnica del toreo. De la misma forma, echó más de un cable a los toreros de la zona levantina que despuntaban, como Gregorio Tebar El Inclusero antes de que su hijo José María, el gran artista de las últimas cuatro décadas, acaparara toda su atención. Descanse en paz.
