El bailaor Farruquito, condenado a tres años de prisión por el atropello mortal de un peatón, disfrutó de su primer permiso para salir de la cárcel durante el pasado puente de Todos los Santos. La salida, de tres días, se produjo un mes después del cuarto aniversario del accidente y se autorizó después de que el bailaor superara la cuarta parte de su condena, como exige la ley.
Juan Manuel Fernández Montoya volvió de nuevo a casa, por primera vez desde su ingreso en prisión, tras haber cumplido la cuarta parte de la pena que le impuso la Audiencia de Sevilla y un mes después del cuarto aniversario de la muerte de Benjamín Olalla, al que atropelló en el Polígono San Pablo, huyendo luego para evitar a la Policía, el 30 de septiembre de 2003.
El artista salió de la prisión sevillana el martes 30 de octubre, por la tarde, y regresó tres días después, el viernes a la misma hora, como establece el régimen penitenciario. Farruquito cumple condena en segundo grado -como el 90% de los reclusos- desde el 16 de enero. Participa en las actividades de la prisión con regularidad y tiene buen comportamiento, por lo que, tras superar en septiembre un cuarto de su condena, la junta de tratamiento de la cárcel propuso, el pasado 29 de octubre, que se le concediera el permiso. La Fiscalía lo apoyó y el juzgado de Vigilancia Penitenciara autorizó su salida, que todas las partes acordaron llevar con el máximo sigilo para evitar que el bailaor volviera a verse acosado por la prensa del corazón, como ocurrió cuando ingresó en prisión.
Esta salida ha tenido una duración tan breve por ser la primera, pero al estar clasificado en segundo grado, Farruquito tiene derecho a 36 días de permiso al año, que pueden agruparse hasta un máximo de seis días seguidos, y que se van concediendo en función de las peticiones. De esta forma, la coincidencia con un puente festivo ha sido casual, según fuentes penitenciarias. De momento, Fernández Montoya no ha solicitado su próxima salida.
Farruquito fue condenado a dos años de cárcel por homicidio imprudente y a un año por omisión del deber de socorro, por el atropello mortal de Benjamín Olalla cuando conducía su coche BMW sin carné de conducir ni seguro. Se le impuso también una multa de 72.000 euros que está recurrida.
