Cultura

Flotats y Descartes en un teatro al desnudo

El veterano actor y director teatral Josep María Flotats vuelve a la cartelera sevillana convertido en el filósofo francés. Hasta el sábado en el Lope de Vega.

el 24 mar 2010 / 20:15 h.

Josep María Flotats, a la izquierda, conversa con el director del Lope de Vega, Antonio Álamo.

Un género tan poco complaciente, con tan pocos apoyos escénicos como los duelos dialécticos, no sólo ha devuelto a Josep María Flotats (Barcelona, 1939) a la primera línea del teatro en España sino que en algunos casos -y no tan minoritarios- ha reconciliado al espectador nacional con su cartelera teatral. Lo demostró ya el veteranísimo actor y director catalán con La cena, un desafío interpretativo entre Flotats y Carmelo Gómez apoyado únicamente en el báculo de un texto bien construido y un talento actoral descomunal -reunió espectadores a legiones, críticas excepcionales y demandas de salas de todo el territorio nacional-; y lo repite ahora, sin miedo, en El encuentro de Descartes con Pascal joven, otra suerte de diálogo dramatizado que pone fin a su gira en el Teatro Lope de Vega de Sevilla (desde hoy y hasta el sábado).

Así pues, siguiendo su última línea de trabajo basada casi exclusivamente en la palabra -con poquísimos apoyos escénicos-, Flotats vuelve a recurrir a un texto del francés Jean-Claude Brisville (autor también de la exitosa La Cena) que narra el "encuentro explosivo" entre Descartes (interpretado por el propio Flotats) y el joven Pascal (Albert Triola), los dos genios más brillantes del siglo XVII. La pieza imagina cómo fue la conversación entre los dos filósofos que se encontraron solamente una vez en la vida: fue el 24 de septiembre de 1647 en el convento de los Mínimos en París, y su entrevista duró varias horas. Nada se escribió al respecto, lo que ha permitido al dramaturgo "imaginar el encuentro de dos experiencias vitales y de dos pensamientos filosóficos: Descartes, con 51 años, heredero de la sabiduría del Humanismo y personaje racionalista que ama la vida en sus menores detalles"; y un Pascal de 24 años que, a esa temprana edad, "ya está considerado un genio por varios inventos científicos", explicó ayer a la prensa Flotats.

Pascal está sumido en una crisis mística que le lleva a pensar en apartarse definitivamente de la investigación científica para consagrarse a salvar su alma, y Descartes no puede comprender esa intención, lo que provoca "el enfrentamiento apasionante de estos dos cerebros brillantes", en 1640, bajo el reinado absolutista de Luis XIII, con Richelieu como primer ministro y la Inquisición vigente.

Pero no se asusten. La altura filosófica, la belleza del texto y la enjundia de su discurso no se ofrecen en dosis con las que emborrachar al público. Es firme en esta idea Flotats, para quien el dramaturgo francés Jean-Claude Brisville, de 86 años, ha hecho un texto "con la genialidad de que es accesible a cualquier espectador y ofrece tantas lecturas como personas haya en el patio de butacas".

"Al espectador se le exige, pero también se lo pasa muy bien, se distrae mucho y recibe alimentos espirituales", comentó Flotats, que asegura haber trabajado durante más de siete meses de ensayos para lograr "decir el diálogo con naturalidad, y con tiempo entre enunciado y enunciado para que el espectador los digiera". Eso sí, la densidad es tal que "cada frase dan ganas de apuntártela", bromeó.

Antes de afirmar que este montaje demuestra que "el teatro de texto de calidad sigue siendo demandado por el público", Flotats se interrogó "qué habría sido de la sociedad hoy" sin la investigación científica, el pensamiento filosófico y las inquietudes intelectuales de hombres como Pascal y Descartes. "La obra muestra cómo es un debate real entre ideas y pensamientos opuestos pero complementarios, de gente que se respeta y que, sobre todo, escucha", algo que hoy consideró casi inaudito. "Hoy quien no piensa como yo es mi enemigo, y lo ataco", lamentó el actor y director, quien, para demostrarlo, invitó a ver en la televisión lo que en ese medio de comunicación llaman "debates". "Son monólogos simultáneos, cuando se callan, todo sigue igual".

La obra, tras 250 representaciones, concluye su gira en Sevilla, "una tierra a la que Brisville hubiese querido venir", pero su avanzada edad no lo ha permitido, comunicó a la prensa Flotats, "expresamente de parte" del autor.

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