La Policía Local ha requisado casi 600 minimotos ilegales, con apariencia de juguetes pero dotadas con motores de gasolina de 125 centímetros cúbicos. Esa potencia les permitiría alcanzar fácilmente los 80 kilómetros por hora, aunque por su tamaño podrían ser conducidas por niños. Los vehículos procedían de Asia y estaban almacenados en una nave del polígono Carretera Amarilla.
La denominada Operación Bujía se saldó con la intervención de 579 de estas minimotos, de tipo quad con dos y tres ruedas, que carecían de todo tipo de documentación. Son vehículos que, "dadas las fechas navideñas, podrían ser vendidos a niños, con el consiguiente riesgo para la población infantil", según alertó ayer el Ayuntamiento en un comunicado.
Las dimensiones de estos artilugios permitirían que pudieran ser confundidos con juguetes y usados por niños a partir de los 10 años, aproximadamente, según calculan fuentes de la investigación. Sin embargo, son vehículos con un motor de explosión alimentado por gasolina y ese uso estaría totalmente vetado hasta los 14 años.
Las autoridades contemplan que las minimotos de juguete estén alimentadas por batería eléctrica y no superior a 24 voltios, y no superen los 6 kilómetros por hora ni puedan ser utilizadas en la vía pública, sino sólo en acerado o zonas peatonales. También deben cumplir otros requisitos como tener marcado el distintivo CE de la Comunidad Europea y el etiquetado propio de la normativa de juguetes, lo que tampoco ocurría en este caso.
Pero incluso aunque no fueran vendidas a niños sino a adultos, las minimotos seguirían siendo ilegales, ya que de ser consideradas vehículos de 125 centímetros cúbicos de cilindrada deberían estar matriculadas, sujetas a los controles de calidad de la industria automovilística y contar con la licencia de circulación y otros permisos.
