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Fritzl confiesa los 24 años de secuestro y violación de su hija

Culpable de todos los cargos, incluido "asesinato por omisión de socorro". Este ha sido el inesperado cambio de actitud de Josef Fritzl ayer durante el proceso que le juzga por haber encerrado en su sótano y violado a su hija Elisabeth durante 24 años

el 16 sep 2009 / 00:11 h.

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Culpable de todos los cargos, incluido "asesinato por omisión de socorro". Este ha sido el inesperado cambio de actitud de Josef Fritzl ayer durante el proceso que le juzga por haber encerrado en su sótano y violado a su hija Elisabeth durante 24 años.

Apenas habían pasado unos segundos desde que accedió a la sala de la Audiencia Provincial de Sankt Pölten donde se le juzga, cuando Fritzl tomó la palabra para sorprender al tribunal y al restringido número de medios presentes. "Me reconozco culpable", admitió el jubilado de 73 años, sólo dos días después de haber rechazado su responsabilidad en los dos delitos más graves que se le imputan: asesinato y esclavitud.

El primero se refiere a su presunta implicación en la muerte en 1996 de uno de los siete niños que procreó con su hija y del que, según Elisabeth, ignoró los graves problemas respiratorios que padecía el recién nacido. Ante las preguntas de la magistrada Andrea Humer, que dirige el caso, Fritzl reconoció que tendría que "haberse dado cuenta de que el bebé estaba mal". "No sé por qué no lo ayudé. Tenía la esperanza de que aguantara", confesó Fritzl. "Tenía que haber hecho algo", resumió el acusado, quien asumió también su responsabilidad en los delitos de esclavitud, coacción grave y violación, de los que el pasado lunes se declaró no culpable o parcialmente culpable. Los de privación de libertad e incesto sí los había admitido.

La reacción de Frizl fue inesperada para todos. Su abogado Rudolf Mayer reconoció estar "sorprendido". El letrado de la defensa sí conjeturó cuál puede haber sido el detonante de ese cambio: el testimonio en vídeo de Elisabeth, que fue presentado ayer al jurado, y en el que en once horas concentró sus 8.461 días de cautiverio, las violaciones, los siete hijos que dio a luz en el sótano y su vida en un habitáculo de apenas 60 metros cuadrados, sin ventilación ni luz natural.

Mayer indicó que tras el visionado del vídeo Fritzl solicitó la atención de un psiquiatra, lo que el abogado definió como una fuerte "experiencia emocional", y dio por hecho que el visionado del vídeo dejó a su cliente "conmocionado".

El letrado indicó que Fritzl se enfrentó ayer por primera vez con el testimonio incriminatorio de su hija, algo que, dijo "podría haber provocado en él esa conmoción" y el cambio de actitud. Sobre las especulaciones de que alguna de las víctimas hubiera estado ayer en la sala, Mayer se negó a comentar "rumores", aunque indicó que "en el caso de que víctimas hubieran estado presentes, habría tenido seguro un fuerte efecto". Tras su confesión, Fritzl permaneció en el banquillo de los acusados mientras escuchaba con los ojos cerrados el testimonio de la psiquiatra Adelheid Kastner sobre la condición mental del acusado. La experta se retrotrajo a los malos tratos que Fritzl recibió de niño por parte de su madre para explicar su "alteración de la personalidad".

Con el testimonio de la psiquiatra y la lectura de dos informes técnicos sobre la ventilación y el sistema de apertura del zulo en el que retuvo durante más de dos décadas a su hija, la jueza dio por concluida la fase de "presentación de pruebas" y envió al jurado a deliberar para que hoy conteste al cuestionario del que saldrá la declaración de inocencia o culpabilidad. En función del veredicto, los ocho miembros que forman el jurado popular y los tres jueces profesionales que dirigen el proceso judicial, decidirán la sentencia que se impone al acusado, que puede ir desde un año de cárcel a cadena perpetua.

Aun así, Fritzl, según el peritaje psiquiátrico, acumuló sentimientos de culpa durante el tiempo que mantuvo a Elisabeth y sus hijos encerrados y también ansias de poder. Con el tiempo, ese ansia de poder se fue desarrollando en "fantasías", continuó la experta, y el acusado se fue convenciendo de que "no sería tan malo" cumplirlas. "Uno se corrompe así mismo", explicó Kastner. Por todo ello, la doctora recomendó, en caso de un veredicto de culpabilidad y una vez cumplida la condena por Fritzl, su ingreso en una institución penitenciaria para delincuentes mentales al considerar que existe el riesgo de que reincida

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