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Fundación Leonardo Castillo

Lo que hizo el padre Leonardo Castillo en vida sirvió como ejemplo para que, tras su fallecimiento, otros hicieran lo propio. Entregarse. Como mi buen amigo, y siempre recordado Manuel Ramírez Fernández, de Córdoba, verdadero corazón del proyecto de la Fundación.

el 15 sep 2009 / 17:34 h.

Lo que hizo el padre Leonardo Castillo en vida sirvió como ejemplo para que, tras su fallecimiento, otros hicieran lo propio. Entregarse. Como mi buen amigo, y siempre recordado Manuel Ramírez Fernández, de Córdoba, verdadero corazón del proyecto de la Fundación. Y cuando ninguno de los dos se encuentran entre nosotros, hay personas que siguen alimentando una llama que ayer por la tarde resplandeció de nuevo. Fue en la Sala Joaquín Turina de Cajasol. La compañía de danza Tahen, creada por el obispo jesuita Kike Figaredo, y formada por críos camboyanos, algunos víctimas de minas antipersonas y otros de la poliomielitis, actuaron para los sevillanos que cubrieron por completo el aforo. Y todo, para recaudar fondos y poder construir un colegio y una residencia de acogida para jóvenes con dificultades. Orgulloso se sentiría el padre Leonardo Castillo en la tarde de ayer. Orgulloso está diría yo, porque nunca se ha ido. Ni él ni Manuel.

Periodista

shachuel@unionradio.es

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