Gala León con el equipo de la Copa Davis en la última eliminatoria de Brasil.
La decisión tomada el último día del verano y primero del otoño por el presidente de la Federación Española de Tenis, el sevillano José Luis Escañuela, y su Junta Directiva ha resultado ser una brizna de aire fresco en el deporte español. Después de cinco Copas Davis ganadas en los últimos años y otros muchos éxitos, el equipo español de Copa Davis descendió hace una semana de categoría en Brasil.
Aunque aún es pronto para hablar de algo definitivo, el hecho de que se abra el debate en una Federación deportiva de ese nivel y la irrupción de una mujer en la máxima responsabilidad técnica ya de por sí es una noticia reconfortante; pero lo es mucho más que una Federación decida tomar las riendas y venga a poner fin a la ausencia justificada o injustificada de jugadores en las Selecciones Nacionales, como ha venido sucediendo en los últimos meses, siendo el ejemplo último Alberto Contador con la selección de ciclismo.
Porque Gala León no es solo una mujer, ahora es la máxima responsable del equipo de Copa Davis por primera en la historia del tenis español y seguramente en la de cualquier Selección de máximo nivel masculina del deporte español. Y porque este hecho viene de la mano de un Presidente que ha conseguido priorizar los intereses deportivos de toda una afición sobre otro tipo de intereses y prejuicios y nada menos que en el deporte más laureado del espectro nacional.
Aire fresco en definitiva, que hace falta también en el deporte.
