Mira, no sabes lo bien que me ha venido el manifestar que tu trabajo cuesta dinero; pues yo, que me estaba olvidando de cobrar a muchos, tengo una pandilla de zánganos que me vienen al despacho una y otra vez, y cada semana me increpan con eso de: "Quiero que le pongas un burofax al promotor de mi casa de la playa porque un grifo me gotea"; "quiero que le pongas una querella a mi vecino, el del cuarto izquierda, que lleva sin pagar cinco meses la comunidad"; "creo que tengo derecho a un título nobiliario, quiero que se lo quites a mi primo que no le corresponde" o , todavía peor, "hay un tío que me debe de unas comisiones de más de veinte mil euros, si me los reclamas y ganamos te doy la mitad". En fin señores, la picaresca abusona y desahogada que quiere tener abogado de válvula por la jeró.
Después de lo tuyo con el cartel, prometo que te voy a imitar y la barra libre o, como ahora se dice, tarifa plana con el menda san se acabó. Lo que prestigia a un profesional es su oportuno cobro o, por lo menos, que no te cueste el dinero, y la gente tiene mucha cara y muy poca vergüenza. Creo que hay más abogados que cartelistas, creo que hay muchos que trabajan semi gratis o gratis total, creo que incluso hay clientes famosillos que te dicen que te pagan con prestigio, te dan cualquier contraprestación menos el tacatá en efectivo metálico. Ricardo, amigo, de verdad que me hacía mucha falta tu ejemplo. Te imitaré. Clientes se acabó lo que se daba, a partir de ahora, lo que se da se va a cobrar.
Periodista. opinion@correoandalucia.es
