El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, defendió ayer en Madrid que una gran caja andaluza "no contradice el hecho de que Andalucía pueda extender su actuación con fusiones interterritoriales", apoyando así la posibilidad de que haya alianzas con entidades de otras comunidades autónomas.
Durante un desayuno organizado por la agencia Europa Press en Madrid, Griñán se pronunció por vez primera sobre los últimos acontecimientos en el mapa financiero andaluz ante un auditorio en el que no faltaban los presidentes de Unicaja, Braulio Medel, y Cajasol, Antonio Pulido, junto a un nutrido grupo de representantes de la sociedad civil y la vida institucional de Andalucía.
Fue extremadamente prudente al hablar de la fusión entre Unicaja, Cajasur y Caja Jaén, aunque no ocultó que su Gobierno celebra este movimiento que dejará un mapa andaluz con tres cajas de ahorros, más fuerte en plena crisis económica. Sobre los contactos entre Cajasol con las cajas extremeñas, Griñán no quiso pronunciarse más allá. "No tengo criterio", llegó a decir, dejando claro que la decisión corresponde a los órganos de dirección de las entidades aunque mostrando a la vez el apoyo de su Ejecutivo a esas fusiones una vez que se consoliden los últimos movimientos emprendidos en el mapa andaluz.
Eso sí, matizó, la sede social de la entidad que surja de una fusión con cajas de otras regiones habrá de permanecer en Andalucía, y eso implica también que quedaría bajo la tutela de la Junta.
El presidente andaluz aseguró que la Junta modificará la Ley de Cajas en cuanto reciba la propuesta formal de fusión de Unicaja, Cajasur y Caja Jaén "porque hay singularidades" en el proceso (la Iglesia tiene el 30% de los órganos directivos de la caja cordobesa). Tal modificación se afrontaría de forma inmediata en cuanto las partes notifiquen que han alcanzado a un acuerdo pleno para su fusión y el documento llegue a la mesa del Consejo de Gobierno.
