Camas fue el primero en lanzar el guante, cuando pidió que el recorrido de la línea 2 se amplíe hasta su término, algo a lo que se sumaron después Valencina de la Concepción, Santiponce y Castilleja de Guzmán. El sueño metropolitano llegó a Castilleja de la Cuesta, que hace poco no sólo pidió para Camas, sino también para sí, una parada en la entrada del municipio. Hasta Gines se debate ahora si seguir la estela y que el Metro se asome por su término municipal. Y el último en subirse al metropolitano ha sido Olivares.
Pero esa historia no es nueva, sino más bien parece un déjà vu en el que Obras Públicas vuelve a estar en el centro de todas las miradas. Hace ya nueve años, cuando la línea 1 se dibujaba en el papel a intramuros, es decir, sólo con la capital, también fue la presión de la corona la que recondujo el proyecto para que el Metro llegara finalmente a Montequinto, San Juan de Aznalfarache y Mairena del Aljarafe.
Incluso el mensaje es similar al de por aquel entonces. Los alcaldes de Camas, Rafael Recio, y Castilleja de la Cuesta, Manuel Benítez, aluden al "concepto metropolitano" de la iniciativa y de la falta de movilidad del Aljarafe, algo que ya dijo en 2001 el ya ex regidor de San Juan de Aznalfarache, Juan Ramón Troncoso, cuando quería que el Metro se adentrara en la comarca como ya había logrado meses antes -y también exigiendo en el pleno- el Consistorio de Dos Hermanas. Esa presión le valió para que la por aquel entonces consejera de Obras Públicas, Concepción Gutiérrez, cediera y, finalmente el Metro adquiriera ese talante puramente metropolitano del que carecía cuando se planteó el proyecto en sus comienzos.
El modelo se repite y, mientras tanto, la Junta prefiere mantener la cautela y no responde oficialmente a las pretensiones de esta alianza de municipios del Aljarafe Norte. Más bien, la Consejería de Obras Públicas tiene su hoja de ruta marcada y, en ese sentido, prefiere tener listo todo el proyecto de la línea 2 de Metro para que, ya en el periodo de exposición pública, la corona presente las alegaciones oportunas. Una vez llegado a ese punto, contemplará la viabilidad (es decir, coste-beneficio) de una hipotética ampliación del trazado.
Los municipios del Aljarafe juegan con la baza de que el recorrido propuesto, hasta el momento, no es ni el más costoso ni el más complicado de aplicar, sobre todo porque, en principio, es factible plantearlo en superficie, como ya ha ocurrido con la línea 1 por Mairena del Aljarafe y San Juan de Aznalfarache, y, además, no supondría muchos kilómetros de vías, ya que la última parada de la línea 2, situada en Torre Triana, dista apenas dos kilómetros de Camas. Y de ahí a Castilleja de la Cuesta supondría dos kilómetros más. Algo en principio fácil en el papel, pero que plantea la gran encrucijada de ver hasta dónde se estaría dispuesto a llegar en la ampliación.
Además de defender la cercanía, los demandantes también enarbolan la bandera de su endémico problema con el tráfico, debido, sobre todo, a la arteria que más tráfico soporta del área metropolitana, la autopista Sevilla-Huelva (A-49). A diferencia de otras épocas en las que el concepto de la Gran Sevilla no había calado del todo, esta vez los municipios del Aljarafe sí que van cogidos de la mano y apuestan juntos por la movilidad. Prueba de ello no es sólo la petición de la línea 2 del Metro, sino también la exigencia de agilizar las obras del tranvía y del Cercanías del Aljarafe (línea C-5), claves para solventar el grave problema de los atascos.
La opción tan defendida por Camas, Castilleja de la Cuesta y, quien sabe, Gines, tendrá además un aliado que sus antecesores de la línea 1 no tuvieron, al menos, con tanta predisposición: la Mancomunidad del Aljarafe aprobará en su pleno su adhesión a esta petición. Y no es de extrañar, dado el discurso exigente que su presidente, José Vicente Franco, ofrece cuando habla de movilidad. Sin ir más lejos, fue el más vehemente a la hora de reclamar a la Junta todo el dinero para costear las obras del tranvía del Aljarafe en 2010.
En este tira y afloja también entra un claro matiz político. A diferencia de otras propuestas sobre movilidad, en esta ocasión todos los pueblos que, por el momento, han solicitado la llegada del Metro están gobernados por el PSOE, el mismo color político que hay en la Junta. Esa sintonía podría decantar la balanza a favor de los alcaldes del Aljarafe, que además tienen a la vuelta de la esquina las elecciones municipales, previstas para la primera mitad de 2011.
