A. Villar / F. Aguilar
Los Servicios Sociales siguen trabajando para encontrar una solución definitiva para Antonio, el anciano que durante 47 días estuvo viviendo en una cueva de la Necrópolis de Osuna. La alcaldesa, Rosario Andújar (PSOE), espera que "esté ubicado en pocos días".
Sin embargo, existe un problema con el que se están enfrentando. "En la legislación siempre se exige como requisito que esté empadronado en Andalucía y no es el caso", expuso la alcaldesa, aunque desde el Ayuntamiento de Osuna "se está viendo la manera de que se quede aquí".
También existe el problema de encontrar una plaza libre en una de las residencias de ancianos del entorno. "Se está trabajando, pero ya no es la urgencia de los primeros momentos", cuando el hombre vivía en condiciones infrahumanas en la cueva, sin agua ni alimentos y con la poca ropa que tiene empapada por las ultimas lluvias. "Lo tenemos alojado en un hostal, en buenas condiciones", recordó la regidora.
Y quizá Antonio no esté ya acostumbrado a dormir en una cama. Según sus propias palabras, antes de llegar a la cueva llevaba bastante tiempo viviendo en las calles de Madrid. Después de una semana viviendo en la habitación de un hostal, ayer le dolía el cuello y tenía una muñeca lastimada, por lo que tuvo que ser trasladado al ambulatorio, donde se la vendaron.
En cuanto a las declaraciones del hombre el pasado miércoles sobre sus deseos de volver a su tierra y quedarse a vivir en Osuna, la regidora puntualizó que "lo ha manifestado, pero si se habla con él tampoco tiene un empecinamiento", y sobre trasladarse a una residencia de ancianos a Madrid, en el caso de no poder quedarse en Andalucía "no pone problemas", según la versión de la alcaldesa. Ésta reconoció que todavía no hay una resolución, "y se le buscará el recurso más adecuado para él", porque también llegó a decir que no le importaría volver a la cueva con tal de quedarse en la villa ducal.
"Tras la repercusión de la noticia, de cuyo eco me siento sorprendida, porque hay muchas personas viviendo en la calle, ahora hay gente que dice que lo había visto por ahí recogiendo cosas con un carrito", agregó.
Antonio llegó a Madrid en 1959 y decidió abandonarlo, tras medio siglo de su vida, después de que murieran los pocos familiares que le quedaban, entre ellos su esposa, y quedarse solo en la capital de España, "arruinado y estafado".
Hasta allí llegó con 23 años, buscando una vida mejor lejos del campo y trabajó como peón, albañil e incluso "en un mercado" de la ciudad. Decidió volver a Osuna porque no se le ocurría "otro lugar mejor" y aunque no le quedan familiares ni apenas conocidos llegó al pueblo el pasado 24 de febrero sólo "con la ropa puesta".
