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"Hay pymes que facturan millones o venden en el extranjero y nadie lo sabe"

Alicia Casado (Córdoba, 1983) es una de las impulsoras de Seis60 Comunicación, una agencia que auna innovación y tradición para dar servicios de comunicación a las pyme.

el 08 jun 2013 / 23:45 h.

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Borja Gómez, director de relaciones externas, Alicia Casado, directora, y José Luis Fernández, director técnico de Seis60 Comunicación. / El Correo Borja Gómez, director de relaciones externas, Alicia Casado, directora, y José Luis Fernández, director técnico de Seis60 Comunicación. / El Correo   Alicia Casado (Córdoba, 1983) es una de las impulsoras de Seis60 Comunicación, una agencia que auna innovación y tradición para dar servicios de comunicación a las pymes con una premisa básica: darse a conocer en tiempos de crisis es fundamental para sobrevivir frente a la competencia. –En su web ponen a la Torre de Babel como punto de partida para demostrar la importancia que tiene la comunicación. ¿Por qué ese ejemplo? –Pensamos en la Torre de Babel porque reflejaba cómo por problemas de comunicación un proyecto no sale adelante. Usamos ese hecho, esa leyenda, para proponer soluciones para que ese tipo de cosas no pasen en una empresa. Que no sea la falta de comunicación la que le impida seguir su proceso de crecimiento. –Agencias hay muchas. ¿Qué propone Seis60 diferente? –Hay empresas en el sector muy especializadas en temas tradicionales como el gabinete de comunicación y después otras que están surgiendo en los últimos tiempos que se centran en las nuevas formas de comunicarse, como las redes sociales, y que son muy especializadas. Echábamos en falta una agencia que aunara los dos conceptos pero sin superponer uno a otro. Combinar lo nuevo con lo tradicional es la clave para que una empresa tenga una comunicación satisfactoria. Ahora nuestros potenciales clientes no solo están en la prensa, sino que surgen de los nuevos medios. –¿Cuáles son esos clientes potenciales? –Creamos este concepto dirigido a pymes que, o no están acostumbradas a hacer comunicación de sus productos, o no saben lo que es, o piensan que no son lo suficientemente grandes para contratar estos servicios. Frente a los precios desorbitados que ofrecen las grandes compañías o las tarifas planas habituales de las agencias de comunicación, hemos ajustado precios basados en su situación. No se trata de hacer mucho, sino de ver cuáles son los puntos fuertes y débiles de cada empresa. Hay pymes haciendo cosas en el extranjero y nadie se entera, incluso algunas que facturan millones y nunca se han planteado el tema de la comunicación porque pensaban que era cosa de grandes compañías, como Coca-Cola. –¿Cómo se desglosa su cuota de mercado? –Aunque estábamos dirigidos a pymes andaluzas, al final nuestra clientela se ha diversificado, ya que, además de empresas, tenemos instituciones y fundaciones. Otro aspecto que estamos trabajando es la marca blanca, ya que actuamos como tal para empresas que hacen lo mismo que nosotros y quieren tener presencia en Andalucía o que son complementarias y nos subcontratan para las labores de comunicación. –Hablan de internacionalización. ¿Cómo afrontan este proceso? –Lo que más nos interesa es poder ofrecer a las empresas hacer comunicación en el extranjero, ya que cada vez salen más. La idea es que puedan reforzar su imagen de marca en el lugar donde venden sus productos. Hemos tenido acuerdos con agencia de distintos países, como Alemania y Francia. Trabajamos con ellas, ya que saben cómo funciona la comunicación en su país mejor que nosotros, e igual sucede a la inversa. –La crisis ha hecho mella en el sector. Su empresa nació en 2009. ¿Cómo lo nota? –Lo bueno o lo malo de nacer en plena crisis es que no hemos conocido otra cosa mejor. A pesar de eso, hemos crecido. Ahora cuesta más encontrar clientes, pero el trabajo es el mismo y estamos acostumbrados. Supongo que esta fase será más difícil para las empresas que venían de antes y que han tenido que adaptarse. –Hay muchas que han desaparecido en los últimos tiempos. –Sí, han caído bastantes. Y algunas consolidadas, sobre todo las que dependían de Administraciones Públicas y a las que le salían los contratos solos. Crearon estructuras grandes que luego no pudieron sostener. En nuestro caso, hemos decidido, para no aumentar los gastos fijos, trabajar en cooperación con otras empresas. Somos cuatro periodistas, pero trabajamos día a día con ingenieros, diseñadores, informáticos o técnicos audiovisuales, lo que nos permite asumir cualquier tipo de proyecto. Al final, la competencia se ha convertido en cooperación, hay que unirse a los que son complementarios para llegar a cualquier proyecto. –¿Es difícil convencer a las pymes de la necesidad de comunicar? –Cada vez menos, porque se están dando cuenta de que, o se diferencian ante la competencia, o cada vez hay menos sitio para ellas. El cliente debe tener una imagen positiva de ti. En este momento es cuando más se plantean invertir en comunicación. Cuando la cosa iba bien, no se hacía. –¿Qué sectores están más abiertos a ello? –No depende de sectores, sino de la persona que está detrás. Hay algunos que son más susceptibles, como los relacionados con las nuevas tecnologías. El que lleva desde los 20 años en su empresa y la ha construido desde abajo cree en el trabajo duro y ya está, pero cada vez hay más gente joven detrás de esas empresas más tradicionales. –¿Qué otras líneas de negocio trabaja su empresa? –Estamos apostando por las aplicaciones para móviles. Ya hemos hecho tres. La primera es Geoexperiencias, sobre leyendas, fotografías antiguas y rincones de Sevilla, que permite conocer la ciudad de otra manera. El año pasado hicimos la app de la Cabalgata para el Ateneo, que tuvo mucho éxito, con más de 14.000 descargadas en dos semanas. Ya trabajamos en la del año que viene. La tercera es Andalocio, una agenda cultural de Córdoba. Además, en redes sociales estamos desarrollando una campaña que une a ópticos y optometristas de toda España para fomentar el buen uso de las lentillas entre los jóvenes.

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