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Hegemonía ratificada

Por esta vez y en lo esencial, las encuestas no han fallado y los resultados electorales han confirmado las previsiones que ofrecían los sondeos: revalidación de la mayoría absoluta de los socialistas, notable avance del PP, mantenimiento de IU y desaparición de los andalucistas.

el 15 sep 2009 / 01:29 h.

Por esta vez y en lo esencial, las encuestas no han fallado y los resultados electorales han confirmado las previsiones que ofrecían los sondeos: revalidación de la mayoría absoluta de los socialistas, notable avance del PP, mantenimiento de IU y desaparición de los andalucistas. A diferencia del primer Parlamento que acogió hasta cinco grupos parlamentarios, el salido del 9-M sólo contará con tres, lo que no tiene que suponer necesariamente falta de riqueza y variedad en los debates, al estar presentes los partidos que representan las diversas sensibilidades de la ciudadanía andaluza. Sin perjuicio de profundizar en el análisis de aspectos concretos del proceso electoral en las próximas semanas, sus resultados sugieren algunas consideraciones, todas ellas claras e indiscutibles por muchas matizaciones o reservas que pretendan hacerse.

La primera, la confirmación de la hegemonía del PSOE que, a pesar de la pérdida de escaños, revalida la mayoría absoluta y posibilita la formación de un gobierno monocolor. Los socialistas tienen una firme implantación en toda la Comunidad y una organización experimentada que en los procesos electorales se convierte en una maquinaria muy eficaz. No obstante esta reiterada confianza, el nuevo Gobierno tendrá que encarar retos y problemas importantes, como la recesión económica, el desarrollo estatutario, la financiación, la liquidación definitiva de la deuda histórica, la educación, el plan de la vivienda, etc. Las decisiones que adopte influirán en la calidad de vida y en la mejora de las condiciones de los ciudadanos y determinarán la gestión gubernamental y su percepción por los afectados.

El PP ha experimentado un avance notable en votos y escaños pero no ha conseguido el doble objetivo que se había propuesto: romper la hegemonía socialista impidiendo la mayoría absoluta y conseguir una mayor representación en el Congreso para coadyuvar a la victoria de Rajoy a nivel nacional. No ha conseguido ninguno y, en este sentido, es evidente su fracaso. Ahora pretende ser alternativa y para ello tiene cuatro años en la oposición, tiempo en que deberá corregir las carencias y buscar los medios adecuados para convertirse en alternativa real que hoy no lo es. El sistema electoral y el hundimiento andalucista han favorecido el progreso de los populares en votos y escaños, especialmente en Málaga y Almería, donde Javier Arenas ha ganado por primera vez unas elecciones.

La desaparición de los andalucistas era tan cierta y evidente que sólo ha debido de sorprender a sus responsables que, contumaces en sus creencias, no daban crédito alguno al dato reiterado y constante de los sondeos que los convertía en extraparlamentarios. Han pagado en las urnas sus divisiones y enfrentamientos, su política errática respecto del Estatuto y su incapacidad para presentar una oferta electoral solvente. Por último, IU ha conseguido sobrevivir a la polarización y al bipartidismo rampante de la política actual. Ahora tiene ante sí un doble reto: solucionar sus problemas internos, vital para su presencia y continuidad; y encontrar un lugar apropiado a su ideología y a su proyecto en el nuevo Parlamento. De la solución que adopten sus militantes, sobre todo en la superación de la crisis interna, depende su futuro.

Antonio Ojeda Escobar es notario

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