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Henry culmina la fiesta del Barça ante un flojo Valencia

El Barcelona anuló por completo al Valencia con un excelente ejercicio futbolístico (4-0) protagonizado por el francés Thierry Henry, autor de tres goles y encargado de culminar la fiesta de su equipo, consolidado en el liderato del campeonato a falta de una semana para el clásico ante el Real Madrid.

el 15 sep 2009 / 19:29 h.

El Barcelona anuló por completo al Valencia con un excelente ejercicio futbolístico (4-0) protagonizado por el francés Thierry Henry, autor de tres goles y encargado de culminar la fiesta de su equipo, consolidado en el liderato del campeonato a falta de una semana para el clásico ante el Real Madrid.

El Barça fue un equipo delicioso desde el lateral derecho al extremo izquierdo. Su juego arrancó en la abrumadora presencia de Dani Alves y culminó en el acierto de Henry, goleador y extremo a un tiempo, excelente a la hora de trazar las diagonales y de aprovechar el espacio entre los centrales y el portero.

El Villarreal neutralizó tres goles del Getafe tras el descanso. El Villarreal neutralizó los tres goles de ventaja con los que se fue el Getafe al descanso e igualó en los minutos finales un partido que tenía perdido y en el que el empate se ajustó a la superioridad de los madrileños en el primer tiempo y a la capacidad de reacción local en el segundo.

Parecía, en su ecuador, que el partido estaba decidido e incluso en algunos momentos de la segunda mitad dio la sensación de que el Getafe podría volver a marcar, pero el Villarreal nunca renunció a buscar el empate e incluso pudo ganar en una acción de Rossi, que cruzó en exceso el balón con el tiempo prácticamente cumplido. El Getafe manejó bien el balón durante todo el partido, aunque de manera especial en el primer tiempo, ante un Villarreal que no se encontró cómodo, pero que fue capaz de tener fe hasta el final, lo que le dio el premio del rescate de un punto.

La primera mitad estuvo marcada por la efectividad letal del Getafe, que al contragolpe se hizo dueño del partido ante un Villarreal al que las largas posesiones de balón no le bastaron para centrarse en el encuentro. Los tres tantos logrados por el Getafe en la primera mitad fueron consecuencia de acciones de calidad o jugadas trenzadas del equipo madrileño, que llegaron porque sus jugadores supieron aprovechar tres de las cuatro ocasiones de que dispusieron antes del descanso.

Un balón muy bien controlado por Granero en el centro del área puso el 0-1 a los diez minutos de juego. Poco después, en el quince, Godín pudo empatar, pero su cabezazo dio en el larguero. A continuación llegaron dos remates colocados con la zurda, un de Gavilán y otro de Casquero, pusieron el 0-3 en el marcador, dieron una gran confianza al Getafe y agarrotaron al Villarreal, que en el tramo final del primer periodo empezó a tener problemas para acercarse a la meta de Abbondanzieri, que sólo sufrió en el cabezazo de Godín.

En la segunda parte se produjo una gran transformación en ambos equipos, ya que el Getafe perdió la capacidad de sorprender al contragolpe que había mostrado antes del descanso y el Villarreal se "cargó las pilas" y empezó a acosar con insistencia la meta del rival. Así, en un rebote llegó el 1-3, y el conjunto local empezó a creer en sus posibilidades con un acoso constante a la meta de su oponente, sobre todo en las acciones de que dispuso a balón parado.

Esa fue la tónica del partido a lo largo de todo el segundo periodo, aunque a medida que avanzó el encuentro, el Getafe se encontró con algunas opciones al contragolpe, al tiempo que en el cuarto de hora final parecía que al Villarreal le faltaban las fuerzas para lograr el empate. No fue así. En el minuto 83, tras una jugada a balón parado, el gol de Eguren metió al Villarreal en el partido y dos minutos después, Rossi estableció el gol del empate que hizo creer al equipo en la remontada. Cuando parecía que los dos goles de ventaja para el Getafe iban a ser suficientes, en una acción a balón parado del equipo local propició el 2-3, logfrado por Eguern y dos minutos después fue Rossi el que logró el empate.

La afición se volcó, el Getafe se desorientó y la última ocasión del encuentro fue para Rossi que no marcó, por lo que el encuentro acabó con una igualada que respondió a los merecimientos de uno y otro equipo.

El Atlético muestra toda su artillería en Gijón. El Sporting volvió a encajar una goleada (2-5) a manos de uno de los grandes, en este caso el Atlético de Madrid, que logró un resultado que no hace justicia a lo visto sobre el terreno de juego pero que evidencia el poder ofensivo del conjunto madrileño, al que los gijoneses nunca le perdieron la cara.

El partido enfrentaba a dos equipos muy ofensivos pero con marchas diferentes ya que el Sporting está logrando mucho mejores resultados fuera de casa mientras que los atléticos sacan la mayor parte de sus puntos en el Vicente Calderón, lo que suponía que ambos equipos median sus principales carencias.

El encuentro entre el Sporting y el Atlético de Madrid difícilmente se podría definir como entre asturianos y madrileños ya que en las filas del conjunto local sólo hay dos y en el madrileño ninguno, es más Aguirre presentó un once inicial sin ningún jugador nacido en España.

El técnico local Manolo Preciado vaticinó a mediados de la semana un partido entretenido y con goles y los jugadores le dieron la razón en menos de cinco minutos el marcador ya se había movido dos veces, una para cada equipo y los primeros 45 minutos fueron de gran intensidad y mucho peligro para ambos porteros.

El Sporting salió muy fuerte y presionando a los atléticos en su propio campo impidiéndoles salir con el balón controlado y llegando ellos con mucho peligro ya desde la jugada inicial hasta el punto de que en el primero córner Pedro pone el balón sobre la cabeza de un Bilic totalmente desmarcado que batió de cabeza a Leo Franco.

La alegría duro poco porque en la jugada de saque de centro del campo el balón llegó a Agüero, que estaba de espaldas a la portería pero se sacó una enorme chilena ante la que no pudo hacer nada el portero Cuéllar.

Sólo se llevaban cinco minutos de un juego eléctrico que se mantuvo durante el resto de la primera mitad con el Sporting dominando y creando peligro. En los últimos minutos el Atlético se hizo con el control del juego y empezó a tocar más a gusto en el centro del campo y a crear peligro.

En uno de esos balones que rondaban el área sportinguista Forlán lanzó un chut sin aparente peligro pero Cuéllar no acertó a blocar y dejó el balón a pies de Agüero, que no desperdició el regalo.

El Sporting se sacudió la presión y de nuevo puso cerco al área visitante y el que pasa por apuros ahora es Leo Franco en jugadas de Pedro y Diego Castro pero en medio de este dominio local llegó el segundo fallo defensivo del Sporting éste de Iván Hernández que se entretuvo con el balón y Forlán se lo llevó con tranquilidad batiendo de tiro raso a Cuéllar.

Pero el partido no estaba sentenciado. Preciado decidió retirar a un defensa, Gerard, y dar entrada al delantero Barral que a los tres minutos de entrar recibió un balón de espaldas al borde del área y tras girarse disparó batiendo a Leo Franco.

El partido se volvió loco con los dos equipos volcados al ataque, pero el Atlético tiene más potencia de fuego y marcó de nuevo en una jugada colectiva en la que Maxi empujó a la red un balón servido por Agüero en posición dudosa que provocó una nueva protesta del público.

Aguirre debió de dar el partido por ganado y retiró al Kun del campo para dar minutos a Sinama pero el ritmo del partido no cambió y el Atlético aún marcó un quinto gol a cargo de Forlán en aparente fuera de juego momento.

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