Cultura

Herta Müller gana el Nobel de Literatura

La Academia Sueca elogia a la escritora germano-rumana por describir "el paisaje de los desposeídos" 

el 08 oct 2009 / 19:19 h.

La escritora Herta Muller, ayer en Berlin.

La escritora rumano-alemana Herta Müller resultó ayer ganadora del Premio Nobel de Literatura 2009, en reconocimiento a una obra que es "concentración de la poesía y la franqueza" y que "describe el paisaje de los desposeídos", según la Academia Sueca.

La elección de Müller, una de las favoritas, aumenta la sospecha sobre la discreción de la Academia Sueca, que había prometido extremar la seguridad para evitar los hechos del año pasado. En 2008, la casa británica de apuestas Ladbrokes cerró los pronósticos para el Nobel de Literatura horas antes del fallo por un aumento espectacular en las apuestas por el francés Jean-Marie Le Clézio, que acabó ganando. Lo mismo se ha repetido esta vez con Müller, que escaló posiciones de forma vertiginosa en las apuestas de Ladbrokes en los últimos días hasta situarse segunda tras el israelí Amos Oz. Y al igual que el año pasado, la jefa de Cultura del diario sueco Dagens Nyheter, Maria Schottenius, acertó en su pronóstico sobre el ganador, lanzado hace días, algo que ayer atribuyó, en broma, a la "brujería", negando haber recibido una filtración de la Academia. La designación de Müller supone reconocer a una autora que encarna en buena parte el destino de las minorías alemanas en los países del centro de Europa que, tras el fin de la II Guerra Mundial, en muchas ocasiones tuvieron que pagar por partida doble las culpas del nacionalsocialismo.

La escritora, que vive en Berlín desde 1987, nació en Nytzkydorf (Rumanía) en 1953 en una familia de la minoría alemana. Muchos alemanes en Rumanía fueron deportados a la Unión Soviética, como le ocurrió a la madre de Müller, que pasó cinco años en un campo de trabajo en la actual Ucrania. Esa experiencia ha quedado retratada en Atemschaukel (2009), su última novela, un intento por desentrañar lo que se escondía detrás del silencio de su madre y de otros muchos rumanos-alemanes de su generación, que no se atrevían a hablar de su época en la URSS.

Hertha Müller trató desde muy pronto de tender puentes entre las dos culturas a las que pertenecía, como revela el hecho de que estudiara simultáneamente Filología germánica y rumana en la Universidad de Timisoara, donde tuvo su primer contacto con jóvenes escritores de habla alemana opuestos al régimen de Nicoale Ceacescu. Su primer encontronazo con la Rumanía oficial llegó en 1979, cuando fue despedida de su trabajo como traductora en una fábrica por negarse a colaborar con la Securitate, el servicio secreto de la Rumanía comunista, que siguió acosándole a partir de entonces.

Su primer libro, Niederungen (En tierras bajas) también fue motivo de conflicto: el manuscrito reposó durante cuatro años en la editorial antes de poder publicarse censurado, en 1982.

Tanto en Niederungen como en Drückender Tango, Müller retrata la vida en un pequeño pueblo germanoparlante y la corrupción, la intolerancia y la opresión que en él encuentra. Eso le valió la crítica de la prensa rumana, todo lo contrario de lo que ocurrió en Alemania, en donde Niederungen recibió en 1984 el premio Aspekte, al mejor debut en lengua alemana del año.

Tres años más tarde, Müler emigró a Alemania con su esposo, el escritor Richard Wagner, y allí ha seguido desarrollando su carrera, con novelas como Der Fuchs war damals schon der Jäger (La piel del zorro) y Herztier (La bestia del corazón), donde relata de forma detallista la vida cotidiana en una dictadura estancada.

Miembro desde 1995 de la Academia Alemana de la Lengua y de la Poesía, ha desarrollado también una carrera docente como profesora invitada en varias universidades como Hamburgo, Swansea y Zúrich. "No me lo creo, no me lo puedo creer, no lo merezco. Estoy desbordada", declaró ayer a la televisión pública sueca SVT tras conocer que había sido distinguida con el premio.

Müller se convierte en la duodécima mujer en recibir el Nobel de Literatura, dos años después de Doris Lessing y cinco más que la anterior premiada en lengua alemana, la austríaca Elfriede Jelinek.

Müller se declaró ayer sorprendida por el galardón y dijo que de momento se ha quedado sin habla aunque espera recuperarla a más tardar el 10 de diciembre, cuando sea la entrega en Estocolmo. "Estoy sorprendida y todavía no me lo puedo creer. De momento no puedo decir más", dijo Müller en una primera reacción difundida por su editorial alemana Hanser.

El director de la editorial Hanser -el editor, ensayista y poeta Michael Krüger- dijo que con Herta Müller había sido premiada una autora que "veinte años después del fin de la guerra fría insiste en mantener el recuerdo del lado inhumano del comunismo". "Su gran trabajo de duelo literario es un ejemplo impresionante de una literatura europea comprometida que, con agudeza analítica y precisión poética, hace presente nuestra historia", agregó Krüger.

La escritora tiene publicados cuatro libros en España, aunque sólo dos de ellos, En tierras bajas y El hombre es un gran faisán en el mundo (Siruela), están disponibles en catálogo. Los que sí están descatalogados son La bestia del corazón, publicado en 1997 por Mondadori, y La piel del zorro, editado un año antes por Plaza & Janés. 

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