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Hillary gana en Pensilvania y continúa adelante

La senadora Hillary Clinton dio otra muestra de su tenacidad con su victoria en Pensilvania que, aunque no tan amplia como se esperaba, le dio un balón de oxígeno para persistir en su lucha por la candidatura demócrata. La ex primera dama ha ganado en cuatro de las cinco últimas primarias del partido demócrata. (Foto: EFE)

el 15 sep 2009 / 03:37 h.

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La senadora Hillary Clinton dio otra muestra de su tenacidad con su victoria en Pensilvania que, aunque no tan amplia como se esperaba, le dio un balón de oxígeno para persistir en su lucha por la candidatura demócrata.

Aunque han sido muchas las voces demócratas que le han pedido su retirada a la vista de la diferencia que le separa con Barack Obama, la verdad es que la ex primera dama ha ganado en cuatro de las cinco últimas primarias del partido demócrata.

Con la victoria de hoy, Hillary Clinton ha reiterado su capacidad de ganar en los grandes estados, como Nueva York, California o Texas, precisamente los que se vislumbran como fundamentales en las elecciones de noviembre contra el candidato republicano John McCain.

Las seis semanas previas a las elecciones en Pensilvania han sido muy duras para Hillary, que ha tenido que lidiar no sólo con las críticas de los republicanos, sino con el apoyo creciente de los demócratas al senador de Illinois.

A mediados de marzo, cuando se abrió el paréntesis de seis semanas en el calendario de primarias, la senadora partía con una diferencia de casi 20 puntos en Pensilvania, que finalmente se ha visto mermada a unos diez puntos.

Pese a su clara victoria, muchos miembros del partido demócrata, y también algunos medios de comunicación, le acusarán de no haber logrado hoy una diferencia lo suficientemente amplia como para arañar parte de la ventaja que ahora disfruta Obama.

No obstante, la victoria de Pensilvania le ha infundido nuevas fuerzas para seguir con la siguiente ronda de primarias, que se reanudarán el próximo seis de mayo con Indiana y Carolina del Norte.

Lejos de dar señales de debilidad por su situación de desventaja, Hillary Clinton ha prometido continuar no sólo hasta que acaben las primarias, el 3 de junio, sino hasta la Convención Demócrata de finales de agosto, si ello fuera necesario.

La ex primera dama ha anunciado además que peleará para que se sumen los resultados de Michigan y Florida, dos estados donde ella ganó, pero cuyos delegados no cuentan, dado que fueron castigados por el Partido Demócrata por haber celebrado primarias antes de tiempo.

Pero las reclamaciones de Hillary en estos dos estados no han tenido una gran acogida en el partido.

Para Alan Lichtman, profesor de Historia Política de la American University, en Washington, "nadie va a asumir el argumento de que hay que contar con Michigan y Florida. No hay ninguna posibilidad de que estos resultados sean contados por el partido".

Lejos de escuchar sus reclamaciones, en el partido demócrata es cada vez mayor la impaciencia por tener un candidato único que sea capaz de disputar el voto al candidato republicano John McCain, que fue elegido hace más de un mes.

Tras un extenuante proceso de primarias y caucus en unos 40 estados, Obama le saca a Hillary más de 800.000 votos y 144 delegados.

Según algunos analistas, a menos de que hubiera ganado por una diferencia de más de 20 puntos en Pensilvania, las posibilidades de Clinton por lograr la candidatura demócrata son verdaderamente exiguas.

De los estados que quedan por celebrar primarias, Hillary podría ganar en Virginia Occidental y Kentucky, en tanto que Obama parte como favorito en Carolina del Norte, Oregón, Montana y Dakota del Sur.

En Indiana están igualados, al igual que en el Estado Libre Asociado de Puerto Rico.

Para revertir la diferencia que ahora disfruta Obama, Hillary necesitaría ganar por más de 25 puntos de diferencia en Virginia Occidental, Kentucky y Puerto Rico, según algunos observadores.

Ante la evidencia de que este escenario es muy poco probable, son muchas las voces demócratas que le piden que deje vía libre al senador de Illinois, con el argumento de que prolongar la lucha no hará sino favorecer al candidato republicano.

Pero Hillary ha puesto su punto de mira en los superdelegados -que tienen voto en función de sus cargos electos- entre los que cuenta con una mayor adhesión y que son los que, al final, tendrán en sus manos la elección del candidato demócrata.

Consciente de que no podrá ganar a Obama en voto popular ni en número de primarias ganadas, Clinton quiere convencer a los superdelegados de que ella es el candidato más fuerte, capaz de vencer en los grandes estados claves y, por tanto, de plantar cara a la sólida candidatura de John McCain.

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