Cultura

"Hoy en España subsiste una forma de esclavitud, y se llama prostitución"

El autor de la saga de Bevilacqua y Chamorro regresa con una nueva entrega, ‘Los cuerpos extraños’, donde se investiga el asesinato de una joven alcaldesa de la costa levantina

el 09 jul 2014 / 11:00 h.

Sevilla 08/07/2014 Lorenzo Silva<br /><br />

FOTO: Pepo Herrera A punto de embarcarse para Afganistán, donde escribirá un reportaje sobre la situación de las tropas españolas, Lorenzo Silva pasa raudo por Sevilla para apurar la promoción de Los cuerpos extraños (Destino), la séptima y hasta la fecha última entrega de su saga protagonizada por Bevilacqua y Chamorro. Una novela que gira en torno al asesinato de una joven alcaldesa de la costa levantina, pero que les sumergirá en una compleja trama de corrupción y lavado de dinero. «La realidad se ha vuelto tortuosa, todo está interconectado, todo funciona en red», comenta. «Vivimos en la sociedad no de la información, sino del tráfico de la información, que tiene muchas palancas. Las conexiones son cada vez más complicadas, y una investigación cualquiera requiere intervenir teléfonos, ordenadores, cuentas...» Ése es uno de los retos a los que habrá de enfrentarse la pareja de guardia civiles encargada del caso, que esta vez no solo tendrán enfrente a asesinos comunes, sino también a delincuentes de chaqueta, corbata y maletín. «La gente ha aprendido a convivir no solo con la corrupción, que es inevitable, sino con la impunidad, la lenidad, la tolerancia. Es increíble que a la hora de confeccionar una lista importante, como las de las elecciones europeas, haya partidos que llamen a políticos imputados, la mayoría de los cuales, si no tienen responsabilidad penal, la tienen política». La cuestión se complica aún más cuando, como es el caso, se establecen conexiones con el crimen internacional. «El problema es que en nuestros días no solo fluye la información, sino sobre todo el dinero. En apenas 40 años han conseguido eliminar prácticamente todas las trabas, y eso vale para el dinero limpio, para el sucio, para todo. El dinero se mueve más libremente que las personas», asevera. Y esta idea está directamente conectada con uno de los asuntos centrales del caso de Los cuerpos extraños, que es la prostitución. «Me parece, dejando a un lado el asesinato de niños, el delito más horrendo que cabe imaginar. Tenemos que reconocer que hoy en España subsiste una forma de esclavitud, y se llama prostitución. A diario son explotadas como esclavas miles de personas, gente a la que le quitan el pasaporte y a la que dan palizas con frecuencia, y se hace además a plena luz del día: yo salgo de mi casa y me encuentro a cinco. Es algo que sucede con una normalidad absoluta, y nos consta que cualquier cliente, a poco informado que esté, tiene pocas dudas de que su dinero va a acabar en manos de una mafia». ¿Es posible que ese problema no haya sido abordado hasta ahora con seriedad por temor de las autoridades a ser chantajeadas? Silva (Madrid, 1966) no lo duda: «Son sitios por los que pasa mucha gente, tienen mucha información, y no es la primera vez que se producen grabaciones comprometedoras... Por otro lado, esta gente intenta siempre llevarse bien con la poli del lugar, incluso con jueces y magistrados. Y como es un delito que produce poca alarma social, y está más o menos asumido, para combatirlo haría falta un despliegue que se reserva para otras cuestiones, como el terrorismo o el narcotráfico», agrega. A punto de tomar el AVE, el escritor tiene tiempo de reflexionar sobre las fuentes de las que toma el material para sus novelas. «La prensa y los informativos de televisión me surten de todo, pero eso es solo una parte, luego está todo lo que no llega. Conozco gente que trabaja en esto y me cuenta que lo que trasciende es solo la punta del iceberg», afirma. Después de ganar el premio Planeta con La marca del meridiano, Lorenzo Silva afirma que vuelve a los anaqueles de novedades con la misma ilusión y la misma determinación: «Nunca pienso en lo que he hecho antes, en cada novela me lo juego todo. Y el mercado te exige poner toda la carne en el asador».

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