Superados los Alpes, el pelotón afronta una etapa de media montaña que puede convertirse en una trampa si alguno se confía demasiado y piensa que es un día de transición y se relaja en los 196,5 kilómetros con tres puertos, el último situado a cuatro kilómetros de la meta de Saint-Etienne.
Algo así le sucedió al italiano Claudio Capucci en 1990 en una etapa similar con llegada a Saint-Etienne, donde perdió cinco minutos con respecto al estadounidense Greg LeMond y toda opción de ganar el Tour.
Con salida en Bourg-d'Oisans, la etapa cuenta con tres dificultades montañosas muy espaciadas en el recorrido. El Col de Parmenie, de tercera categoría, a 78 kilómetros de la salida, la Croix de Montvieux, de segunda, a 26 de la meta, y la definitiva de Sorbiers a cinco kilómetros de la llegada.
La etapa también puede ser un buen día para formar escapadas, sobre todo porque el control será complicado porque las piernas estarán agotadas tras 17 días de competición y después de haber superado los Alpes.
