Cultura

Ignacio del Valle: 'La vanguardia es Víctor Hugo'

Lo del escritor asturiano Ignacio del Valle con la Alemania raya la obsesión, pero se trata en todo caso de una obsesión muy productiva. Tras la buena acogida de El arte de matar dragones y de El tiempo de los emperadores extraños, regresa a cerrar la trilogía con Los demonios de Berlín, que acaba de ver la luz en Alfaguara.

el 16 sep 2009 / 05:48 h.

Lo del escritor asturiano Ignacio del Valle con la Alemania raya la obsesión, pero se trata en todo caso de una obsesión muy productiva. Tras la buena acogida de El arte de matar dragones y de El tiempo de los emperadores extraños, regresa a cerrar la trilogía con Los demonios de Berlín, que acaba de ver la luz en Alfaguara.

Del Valle (Oviedo, 1971) da por cerrada la trilogía de su personaje Arturo Andrade, el teniente del servicio secreto franquista que protagoniza la serie, pero acto seguido se reserva la posibilidad de continuar "dependiendo de los millones de ejemplares que venda", bromea. "Tenía muchas ganas de acabar en Berlín, y abordar el agujero negro del nacionalsocialismo, un final casi inevitable. Y recordar que aquello sucedió en un país que, en el año 39, era el más alfabetizado de Europa".

Esta vez Andrade, soldado de la División Azul, se halla en el agonizante Berlín de 1945, cuando los soldados soviéticos avanzan, imparables, por las calles llenas de escombros, haciendo inminente la derrota alemana. En el centro de ese caos, la misión del español hallar a Ewald von Kleist, un científico alemán, a quien encuentra muerto en la cancillería del Reich con un misterioso diagrama en los bolsillos.

"Los escritores sentimos fascinación por las épocas de conflicto, y qué mayor conflicto que aquél", explica el autor. "Resulta asombroso, estudiando esta época reciente, la capacidad del ser humano para destruirse. También es fascinante la capacidad de regeneración, pero llegará el día en que ya no podamos hacerlo". ¿Hemos aprendido algo de toda aquella ignominia? "Si hay algo que aprender, es a rechazar las visiones monistas, maniqueas, la idea del mundo en plan blanco o negro. Aprender a diferenciar la escala de grises", agrega.

Por otro lado, cabe resaltar el hecho de que Ignacio del Valle opte para sus ficciones por la narración tradicional, el novelón de raíz decimonónica, lejos de experimentalismos vacuos. "Soy escritor de novelas, y creo que la vanguardia ahora es hacer novela clásica: ni literatura del yo, ni nada. La vanguardia hoy es Víctor Hugo, y yo estoy con él", añade Del Valle.

el fin de hitler. Exhaustivamente documentada, Los demonios de Berlín hace un retrato muy riguroso del ocaso del nazismo sin olvidar el menor detalle. "He intentado abarcarlo todo, aquí tenemos el programa atómico alemán, las atrocidades soviéticas, el proyecto megalomaníaco de construir Germania como capital del imperio", enumera el escritor.

El propósito de Ignacio del Valle no es, sin embargo, transmitir mensajes morales a través de su narración. "Mi empeño es seducir al lector, que él mismo llegue a las respuestas a través del placer", afirma el asturiano. Hay una frase de Albert Speer, el arquitecto de Hitler y ministro de Armamento, que lo resume todo muy bien: 'La Historia tiene una perversa atracción por sus estados terminales'. Los escritores también por eso sobre todo escribimos sobre la guerra y sobre el amor".

Además de recomendar a autores esenciales para entender la Alemania de la época, como Sebastian Haffner, Ignacio del Valle propone también "una experiencia muy interesante, que es ir leyendo simultáneamente las memorias de Churchill y Speer. Cuando uno hace una cosa, el otro hace la contraria para joder".

¿Y del propio Hitler, qué opina Del Valle? "Es un personaje muy inteligente. Un psicópata, sí, pero muy inteligente. El problema, el gran fallo de los aliados, fue tachar al diablo de tonto. Algo parecido a lo que, salvando las distancias, sucede ahora con Hugo Chávez", apostilla el escritor.

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