Resucitar la peseta, adelantar las rebajas o vender menús completos a un euro. Los comerciantes de Alcalá de Guadaíra inventan nuevas fórmulas para capear el temporal económico y no verse obligados a cerrar sus negocios.
La crisis económica ya se ha cobrado el cierre de numerosos comercios en Alcalá, en especial en la zona centro, pero también ha agudizado el ingenio de muchos vendedores supervivientes, sobre todo aquéllos que optan por hacer frente a la actual coyuntura con la imaginación.
Así, estos magos de las finanzas a escala local han ideado peculiares estrategias de venta como el adelanto de las rebajas al mes de mayo. Algunas ideas sólo han conseguido arrancar una sonrisa de los viandantes y pocas compras, pero otras ideas parece que han cuajado y además de rentables se han convertido en modelos que incluso se han exportado a otros rincones de la provincia.
Así, los precios de los alimentos llevan meses estancados o bajan ligeramente, pero esa circunstancia estadística no se traduce a la hora de pagar las cuentas en el supermercado.
Hay excepciones. En Alcalá los supermercados Mas apuestan por tener más clientes, aunque paguen menos. De este modo han iniciado una campaña de menús a un euro y ofrecen primer y segundo plato, pan y postre a este precio.
La originalidad de esta campaña pasa por ofertar en los menús productos de primera calidad en los que se incluyen carnes, pescado, fruta, huevos, pasta etcétera. Según el director comercial de la cadena, Adolfo Martínez, con esta iniciativa "Mas da un paso adelante ayudando a sus clientes a afrontar la crisis económica y ofreciéndoles a su vez un menú sabroso y de calidad".
Otra de las iniciativas del comercio local parte de un dato que hizo público en 2002 el Banco de España: calcula que existen 300.000 millones de pesetas (1.800 millones de euros) que no se han cambiado por la moneda única... ¿en qué bolsillo están?
La joyería alcalareña Los Azahares, en plena zona centro, ha contrastado que las monedas de 100 y 500 pesetas (0,60 y tres euros) se encuentran más al alcance de la mano de lo que puede parecer a primera vista, de ahí el cartel que adorna la entrada del negocio: "Se aceptan pesetas". El propietario, Javier, asegura que al principio se lo tomaba como una broma, pero luego se llevó una buena sorpresa, ya que muchos ciudadanos pagan con las viejas monedas y de paso se ahorran tener que ir al banco de España a cambiarlas por euros, una operación que da pereza porque significa trasladarse hasta Sevilla para cambiar cantidades normalmente pequeñas.
