La escultura Santo Domingo penitente, obra de Juan Martínez Montañés, luce desde el pasado viernes en el Museo de Bellas Artes de Sevilla sin la enorme cruz que porta en la mano, que fue sustraída durante la semana pasada sin que la Consejería de Cultura, administración encargada de la gestión de la pinacoteca, pueda precisar el día exacto, según adelantó ayer El Mundo. "El director del museo nos lo comunicó el viernes e inmediatamente lo pusimos en contacto de la Policía, que realizó el atestado y actualmente investiga el robo", explicó a este periódico el delegado de Cultura de la Junta de Andalucía en Sevilla, Bernardo Bueno, que no quiso dar más detalles de la investigación, e instó a "dejar trabajar" a la Unidad de Policía adscrita a la Junta de Andalucía encargada de este caso.
Se trata del "primer robo conocido" que se produce en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, precisó Bueno, que restó importancia al asunto puesto que "la cruz no estaba sujeta ni anclada a la escultura de Martínez Montañés" y la pieza no ha sufrido "ningún daño". No obstante, respecto al valor de la pieza sustraída, Cultura tampoco puede dar explicaciones exactas. "Se cree que no es la original, que puede tener unos cien años, pero todos estos son datos que se están estudiando ahora mismo", continuó el delegado, que ha solicitado un informe técnico al museo a fin de evaluar el valor histórico y artístico de la pieza.
No obstante, el robo, que no fue detectado por los trabajadores del museo, pone en evidencia el dispositivo de seguridad con el que cuenta la segunda pinacoteca más importante del país, detrás del Museo del Prado. "Tenemos personal que se mueve constantemente por las salas, dependiendo del tamaño de cada una y de la afluencia de público, así como cámaras de vigilancia en cada una de ellas", explicó Bueno, que aseguró que la Junta "está a punto de cambiar algunas cámaras e introducir una tecnología más avanzada en el sistema de vigilancia", una mejora que ya previamente estaba previsto reralizar "para el mes próximo".
la obra. La escultura, expuesta en la sala X del Museo, fue tallada por el imaginero Juan Martínez Montañés en el año 1605 para el retablo del desaparecido monasterio de Porta Coeli, en la capital hispalense. La pieza, a la que se une un San Bruno tallado por el mismo autor, se integra a la perfección en el discurso museístico de la pinacoteca sevillana, centrado en el Barroco sevillano.
