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Japón veta el consumo de verduras, leche y agua del grifo

Las radiaciones superan 400 veces lo permitido a unos 40 kilómetros.

el 23 mar 2011 / 21:15 h.

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Dos vendedores escogen espinacas en la prefectura de Ibaraki.

El primer ministro japonés, Naoto Kan, instó ayer a la población a no consumir vegetales de hoja cultivados en la prefectura de Fukushima -donde se encuentra la central nuclear dañada tras el terremoto del 11 de marzo- ni leche fresca procedente de la de Ibaraki, ni agua del grifo después de que la Agencia de Seguridad Nuclear detectara trazas de radiactividad.


El Ministerio de Salud informó de que las hortalizas afectadas son el perejil, el brócoli, la col, la coliflor y las espinacas. En el caso de la kukitatena, una planta típica del país asiático, la radiación es 160 veces mayor que la normal. Igual que ocurre con el agua corriente. Así, el Gobierno instó a la población a no dar agua del grifo a los bebés, después de detectar en las plantas potabilizadoras niveles de radiactividad superiores a los considerados saludables para los niños.


No acabaron aquí las noticias preocupantes. El Ministerio de Ciencia nipón confirmó que los niveles de radiactividad detectados en un radio de 40 kilómetros en torno a la central de Fukushima-1 superan en 400 veces las tasas habituales de radiación. Además, la Comisión de Seguridad Nuclear de Japón advirtió ayer de que existe la posibilidad de que algunas personas que se encuentran a más de 30 kilómetros de distancia de Fukushima se vean expuestas a la radiación


Ante esta alarma, la región administrativa de Hong Kong (China) prohibió ayer la importación de comida y de leche de cinco prefecturas de Japón ante el temor de que pudieran estar contaminadas, informó la portavoz del Centro para la Seguridad Alimentaria de la ciudad.


Igualmente, EEUU suspenderá sus importaciones de leche, productos lácteos, frutas y hortalizas procedentes de las regiones japonesas de Fukushima, Ibaraki, Tochigi y Gunma.
normalidad en la ue. A pesar de la grave situación, la Unión Europea (UE) no ha detectado niveles de radiactividad anormales ni en los alimentos procedentes de Japón ni en la atmósfera tras el accidente de la central nuclear.


Y eso que la situación en la planta es de extrema gravedad. La temperatura del reactor número uno de la central nuclear de Fukushima-1 aumentó ayer hasta alcanzar los 400 grados Celsius, por encima de los 302 legales, aunque no representa un peligro inmediato, según la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón. Por su parte, la Compañía Eléctrica de Tokio anunció que los termómetros de los tres primeros reactores de la planta volvieron a funcionar por primera vez desde el seísmo. El del número tres reanudó su actividad el sábado, mientras que los del uno y el dos lo hicieron el domingo.


No obstante, la entidad continúa con el vertido de agua, ya que la temperatura todavía es elevada si bien, las tareas de refrigeración se han agilizado desde que los operarios de la compañía consiguieron restablecer ayer el suministro eléctrico aunque los empleados destinados al reactor número dos de la central de Fukushima-1 se vieron obligados a suspender temporalmente sus trabajos debido a los altos niveles de radiación detectados.


Los trabajadores se retiraron cuando los sistemas de medición registraron 500 milisievert -un nivel que pertenece a la horquilla de riesgo-. A día de hoy, cientos de personas trabajan en los seis reactores para reducir la emisión de radiactividad. En ocasiones deben retirarse debido a su repunte, que complica y ralentiza gravemente las tareas.


Mientras tanto la tierra sigue moviéndose. Otro terremoto de 4,7 grados sacudió ayer la central nuclear aunque las autoridades japonesas no informaron de que se hubieran producido nuevos daños. Anteriormente se produjo otro de 6,6 grados.

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