Manuel Jiménez Jiménez (Arahal, 21 de enero de 1964) es el técnico del Real Zaragoza y en su día uno de los símbolos del Sevilla. Habla con tono de voz cansado -"he concedido doce entrevistas y estoy algo agotado", se justifica- y no esquiva ningún tema. Ha abandonado su Arahal natal para viajar a un lugar en el que conviven dos referentes: 'La Pilarica' y el Zaragoza, patrimonio de Aragón desde que en los 60 surgiera la delantera de los Cinco Magníficos: Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra.
-A 10 puntos de la salvación y con 48 por jugarse, ¿cómo es su día a día en Zaragoza?
-Ahora estamos intentando que la plantilla levante el ánimo y recupere el entusiasmo por competir, que es lo justo en un profesional.
-Aceptó dirigir al Zaragoza en plena Navidad, bajo un caos institucional y a 5 puntos de la salvación, ¿dudó en decir 'sí'?
-Lo dudé, ciertamente, pero no había tiempo para divagar. Todo se cerró en un par de días. No me apetecía ir otra vez al extranjero...
-Por la situación clasificatoria, usted prepara cada semana una auténtica final, ¿la del lunes es especial?
-Es un partido que tiene ciertas connotaciones. Lo he notado en las llamadas que he recibido desde Sevilla. Ya he atendido doce entrevistas y los periodistas de allí me preguntan por el partido. Pero, en realidad, es una jornada más. Tengo claro que el Betis se merece todos los respetos y es un rival que está ahí por méritos propios. Todos los partidos son finales para nosotros, así que no podemos perder el tiempo en ver cuál es el encuentro más especial.
-¿Cuál es su opinión sobre el Betis?
-Buena, siempre buena. Es un equipo que intenta tener el control del balón. Busca sorprender con sus rapidísimas contras y un centro del campo que maneja el balón con criterio.
-Pepe Mel apuesta por un fútbol muy ofensivo y usted por uno más equilibrado.
-No estoy de acuerdo. Para nada [silencio]. Mis equipos siempre presumen de ser especialmente goleadores y de estar siempre arriba. Y para estar en la zona alta hay que ganar. Me gusta jugar con dos delanteros y me encanta tener el balón. El Betis apuesta por un fútbol similar.
-Hablemos del futuro. ¿El Betis es un rival directo?
-Tiene más fondo que nosotros y está muy por encima nuestra. Seremos un incordio para ellos, pero el lunes. El futuro ya se verá.
-Dígame cuál es el mayor peligro del Betis.
-Tiene jugadores determinantes que juegan bien como colectivo, y eso es difícil de compaginar. No sé, no voy a destacar a ningún jugador, pero tengo cierta debilidad por Salva Sevilla -al que dirigió en el Sevilla Atlético-.
-Dijo tras ganar en Cornellà que nunca busca el 1-0, pero supongo que lo firmaría el lunes...
-Claro que lo firmo, pero es verdad que no buscamos ni el 1-0 ni el 0-1. Sé que es un resultado peligroso, pero a nosotros nos vale por la situación en la que estamos.
-¿Cuál es el estado de ánimo de sus pupilos?
-Ufff [silencio que se prolonga]. Antes de ganar al Espanyol vivían en una depresión colectiva impresionante. No se creían capaces de ganar, pero el triunfo en Barcelona fue una auténtica liberación.
-El partido se jugará en La Romareda, pero sea sincero y dígame cómo cree que le hubieran recibido en el Villamarín
-Muy bien. Tengo muchos amigos y familiares béticos y siempre he sido muy respetuoso con el Betis y su afición.