Manolo Jiménez sigue esperando el día en que todos los futbolistas del plantel estén a su disposición. Mientras eso no sea posible, echará de menos algo que considera fundamental para el éxito deportivo: la competencia entre los jugadores por conseguir un puesto en el once titular del Sevilla.
El técnico prepara el regreso de la Liga y la Champions sin los internacionales, aunque su mayor inquietud no es ésa. "Lo más preocupante es intentar que los lesionados vayan agilizando su recuperación y, una vez que tengan el alta, intentar ponerles en forma lo más rápidamente posible para que compitan en la línea defensiva, que es donde más justos estamos. Soy un entrenador que nunca se lamenta de las bajas, porque vienen cuando tienen que venir, pero hay que sacar once futbolistas al campo y tenemos serios problemas para alinearlos en puestos determinados. Lo único que quiero es tener competencia en cada puesto", explica.
Según el técnico de Arahal, el equipo adolece en estos momentos de cosas fundamentales. "Si en una plantilla como esta no hay competencia, puede haber relajación, y la relajación nos ha costado ya recibir goles. Cuando haya ocho futbolistas en defensa para elegir, seguro que habrá competencia y todos subirán un poquito el nivel. Hay que recuperar el equilibrio. La desconcentración es la que no está costando puntos", comenta.
Al hilo de ello, habla de Mosquera, cuya actuación en El Madrigal ha hecho que su fichaje se cuestione aún más. "Hizo un partidazo ante Argentina, pero lo que nos vale es que lo haga aquí, en el Sevilla. Él sabe que en Villarreal estuvo mal y seguro que tendrá ganas de desquitarse. Si falla, el fallo es perdonable, porque lo que quiero es actitud, y la que tiene este jugador es buena. No conozco a nadie que quiera hacer mal las cosas. Si tiene que jugar, contará con mi apoyo y, si no, pues tendrá que hacer méritos para ello. No es cuestión de dar o no segundas oportunidades. A día de hoy no sé si jugará el sábado", sostiene Jiménez
