"400 euros gratis, juegue ahora", "Obtenga 15 euros gratis sin depósito" y cientos de reclamos más como estos se pueden encontrar en los casinos a los que se puede acceder sin ningún tipo de obstáculo desde la red. En la Asociación para la Prevención y Rehabilitación de Jugadores de Azar (APREJA) han notado en los últimos años un aumento de la ludopatía a través de internet en edades comprendidas entre los 17 y los 20 años. La asociación denuncia que para atajar y prever el problema no se hayan hecho estudios oficiales -el último fue en 2002- y aún más cuando en 2006 se aprobó una proposición no de ley en el Congreso para que se elaborara un estudio epidemiológico y no se haya realizado, según Luis Vaz, presidente de la Federación Andaluza y vicepresidente de APREJA. En enero de 2011, la asociación llevará a cabo un estudio durante seis meses en institutos. Una trabajadora social hará encuestas a jóvenes para averiguar cómo está afectando el juego a través de internet.
Según Vaz, la red facilita muchísimo la adición, sobre todo en jóvenes, ya que con tan sólo introducir un número de cuenta y de identificación que acredite la mayoría de edad - en muchos casos es de los padres- se puede jugar online en un casino, un bingo o al póker, que son los más adictivos. El problema es que estas webs no exigen más datos al jugador, por lo que realmente no se comprueba la veracidad de la edad. Es la privacidad y la comodidad que crea internet lo que hace que la incidencia de la ludopatía sea mayor, a la vez que disminuye la vergüenza del jugador, que ya no es observado por otros como ocurre en un bar.
El vicepresidente de APREJA hace un llamamiento a los familiares que puedan observar ciertos síntomas de adicción para que los ayuden a acudir a una asociación de rehabilitación, que "supone el paso más importante y decisivo" para atajar el problema. Luis Vaz recuerda emocionado las palabras de un chico de 19 años en una conferencia en Córdoba, que "está rehabilitándose y que reconoció públicamente el problema que tenía, afectado por los problemas que había causado a su familia por su adicción, pidiéndoles disculpas fervorosamente, tanto que me hizo llorar". El chico demostraba así hasta qué punto "había estado equivocado, ya que incluso cometió un robo con arma blanca porque era adicto". El gran problema de la ludopatía no es el juego en sí, sino lo que los adictos llegan a hacer para conseguir dinero. En APREJA han llegado a recibir a ludópatas con 12 años y es que los padres no llegan a percibir, ni siquiera a reconocer el problema de sus hijos debido a que los adolescentes se encierran en su habitación y es imposible averiguar qué es lo que hacen. Desde esta asociación llevan mucho tiempo alertando de los riesgos del juego online y critican la pasividad de algunos padres ante el problema, aunque también influye que muchos no saben manejar internet. "Para ellos, la única manera de descubrirlos es ver la factura de la tarjeta", relata Vaz, aunque hay síntomas que pueden alertar a los padres. Si observan en sus hijos el abandono de las obligaciones, irritación, cambios de comportamiento, agresividad o que se aísla de sus amistades, pueden tener este problema. Para solucionarlo es imprescindible la colaboración de los progenitores, sin embargo, Luis reprocha que aún haya muchos familiares a los que les dé vergüenza acudir a un centro de ayuda, negando el problema.
Algunos de los chicos que tienen adicción al juego a través de la telefonía móvil llegan a un punto en que se ven tan impotentes que lo confiesan a sus padres. Otros cometen alguna fechoría, normalmente robos, por los que se desvela al ludópata. No hay un perfil determinado de jugadores, los hay de todas las clases sociales y edades. Aunque hay personas que por su timidez o por problemas familiares son incapaces de enfrentarse a ellos y se escudan en el juego. Otra de las apreciaciones de las asociaciones es el aumento de mujeres ludópatas. Ellas "están aumentando su adicción con internet, sobre todo en el bingo, sin embargo, son las que menos acuden a las asociaciones", asegura Vaz.
Para animar a aquellos que tienen este problema a acudir a las asociaciones de rehabilitación, Vaz adelanta la terapia: "todos estamos en un bosque desconocido, los veteranos ya sabemos la salida, así que déjate guiar por uno de ellos y te la enseñarán".
