La Delegación Provincial de Cultura está estudiando la posible compra del Cerro del Carambolo a la empresa de Gabriel Rojas, su propietario. Se trata de una posibilidad que admite la propiedad una vez consumada la negativa oficial a cualquier actuación urbanística en aquel lugar, pese a que cuando la empresa lo compró en el año 2000 la actuación hotelera prevista encajaba a medida en el Plan General de Ordenación Urbana de Camas, aunque la Consejería de Cultura prevé ahora destinarlo a parque y a centro de interpretación del Carambolo. Con evidente retraso, Cultura decidió que aquel Cerro debía protegerse de cualquier actuación inmobiliaria dada su importancia para el estudio de la civilización tartésica -o fenicia, según las últimas aportaciones científicas-. Lo cierto es que el empresario lleva nueve años en un laberinto administrativo del que difícilmente saldrá indemne. La posible compra del cerro por parte de Cultura o la permuta por otro activo de la Junta parecen soluciones razonables para poner fin a esta situación surrealista que dice poco de la seguridad jurídica imprescindible para los inversores.
