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La calidad de vida no tiene edad

Los centros geriátricos se han convertido en uno de los mejores lugares para pasar la vejez gracias a la atención sanitaria, psicológica y de entretenimiento que ofrecen

el 30 sep 2009 / 20:26 h.

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Desde labrar el huerto a recorrer los rincones de la provincia, vivir sus fiestas, descansar, cuidarse y, sobre todo, ganar en autonomía. No se trata de un Edén pero casi. Los mayores cuentan desde ya con un lugar en el que pasar su vejez con las máximas calidades y una atención personalizada que fomenta además la autonomía de cada uno.

Hace tan sólo unas semana que abrió sus puertas en el término municipal de Carmona y este centro ya se ha presentado como un lugar exclusivo para los más mayores. Rodeados de los olivares de los Alcores, la residencia o centro geriátrico El Pilar ofrece a sus usuarios un marco único, cerca de dos grandes ciudades -la localidad de Carmona y Sevilla- pero lo suficientemente aislado (en una urbanización privada) para reportar la tranquilidad y la calidad de vida que los abuelos demandan. "Aquí te asomas al balcón y no ves ni atascos, ni coches ni edificios sólo olivos, un lujo no sólo para los ancianos, también para todos los que trabajamos aquí". Mercedes Alba, una de las coordinadoras de este nuevo centro, explica así por qué El Pilar puede llegar a convertirse en el lugar idóneo para pasar la vejez.

Si a ello se suma que en este centro, que cuenta con una capacidad para 30 ancianos y habitaciones individuales y dobles, no sólo se atiende a las necesidades físicas de éstos -con los auxiliares de enfermería, enfermeros y fisioterapeutas que conforman el personal del centro-, sino que además se vela por su desarrollo personal con numerosas actividades de entretenimiento y formación que les ayuda a mantener la mente activa, esta residencia se convierte en un centro "como pocos en toda la provincia". De hecho, a las ya habituales terapias con los abuelos se suman aquí excursiones por toda la provincia, celebración de las fiestas con visitas a belenes en Navidad, cruces de mayo en primavera, procesiones en Semana Santa, etc.

Del huerto a la granja. Y si algo da valor añadido a este lugar es que cuenta con un huerto propio y con una granja. "Los ancianos pueden cultivar, y de hecho ya lo hacen, sus propias verduras y cuidar a los animales,  eso les da vida, se sienten activos", recalca Mercedes quien asegura que ambas actividades se han demostrado eficaces terapias para mayores.

Precisamente lo que pretenden los profesionales de El Pilar es que sean los mismos ancianos los que creen y desarrollen su propia autonomía. Es más, el contacto con la naturaleza "fomenta el desarrollo de sus habilidades sociales, físicas y psicológicas".

Aunque acaban de aterrizar, en este centro ya tienen claro que han de acomodarse a la demanda de las familias y ancianos pero sin olvidar la situación de crisis que se está viviendo. "Somos conscientes de lo que están pasando muchas familias y, por ello, estamos adecuando nuestra oferta a ellos".

Se trata pues de una oportunidad única para disfrutar del tiempo, del día a día.

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